El vocalista de la formación atiende a los medios tras realizar la prueba de sonido ayer tarde en el Teatro Principal y antes de prepararse para salir a escena en el Principal con el resto de los «Mojinos».

-El paso de «Mojinos» por Zamora supone la primera actuación del grupo dentro de una programación de un teatro.

-Efectivamente nunca habíamos tocado dentro de la programación oficial de un teatro. En un recinto pequeño tiene su magia, se disfruta mucho más. El contacto con el público es más intenso. En un teatro como el de Zamora sabes que todo el público te va a ver la expresión. Hacía tiempo que no tocábamos en una sala de ese tipo. A nosotros nos gusta más actuar ante 12.000 ó 15.000 personas, como hemos hecho este verano, pero todos los lugares tienen su magia especial.

-¿Le sorprende actuar dentro de un ciclo de humor?

-Ahora mismo ya no me sorprende absolutamente nada. A nosotros nos gusta ir donde hace tiempo que no tocamos. En la capital hacía seis años que no veníamos y hace tres que no tocamos en Toro. Todos los años renovamos el «teatrillo» que hacemos entre canción y canción y cuando tocas en un lugar donde no has estado en los últimos años, recuperas chistes.

-Del inicio de «Mojinos», ¿qué queda?

-Somos los mismos prácticamente, pero tenemos más años (risas). Las canciones intentan reflejar un poco el cambio, ya no vamos a recoger las novias al instituto, pero siguen con la base del sentido del humor. Este año hacemos la decimotercera gira y, pese a los años y a que quizá hayamos perdido la frescura, la esencia persiste.

-¿La edad de sus seguidores también se eleva?

-El público no envejece. Siguen viniendo de 15 a 25 años, pero ves a gente joven que antes te decían «fírmame un autógrafo » y ahora te dicen «fírmame un autógrafo para mi padre». Ojalá llegásemos a la siguiente fase que sería, como un día nos contó Serrat, que lo demanden para su abuelo. Ojalá nos pasara como a él y que sigan viniendo de todas las edades, porque cuando tocas de manera gratuita le gustamos al niño, al joven y al mayor.

-Están a punto de sacar un nuevo disco, ¿contra qué arremeterán?

-En el próximo disco que sale al mercado el 2 de marzo de las 16 canciones, diez son muy positivas. Con más de 200 temas siempre te planteas qué cantar. Siempre hemos dedicado canciones a momentos de la vida diaria que nos han hecho gracia y que han conectado con el público.

-¿Dónde reside esa química?

-Creo que no hay secreto. Si te lo planteas, no lo consiguen. Nos encanta lo que hacemos y seguimos haciendo lo mismo.

-Años atrás en el panorama musical español estaban «No me pises que llevo chanclas», «Los inhumanos»... que combinaban también música y humor, pero ahora sólo están ustedes.

-Lo que supone que somos los mejores y los peores. Ahora hay pequeños grupos, como «Los gandules», que se oyen por su zona, pero que no despuntan. Nos encantaría que hubiera más grupos de este estilo que empujaran y nos lo pusieran difícil.

-El nuevo disco, al igual que los anteriores, tendrá que lidiar con las descargas de Internet.

-Es algo inevitable. Parece que hay una orden de arriba, que no se sabe si son las discográficas o si es la Sgae, de cuidado y alerta. Creo que las discográficas son las culpables de que haya tantas descargas y van a durar poco porque no han sabido conducir el negocio. En otros países siguen vendiendo discos y donde no se adquieren, han aumentado las descargas legales; pero aquí, no las han legalizado y tienen los días contados.

-¿Qué le parece el control que está efectuando la Sgae del uso de canciones en bodas, eventos culturales, conciertos solidarios...?

-La Sgae ha hecho cosas impopulares, pero está cumpliendo con su labor, hay una ley que hay que acatar. Si no quieres pagar por escuchar «Paquito el chocolatero», por ejemplo, lleva una orquesta que interprete sus propios temas. Es como si vas a un restaurante y le dices que el vino que es de una marca conocida, que no te lo ponga que te sirva el vino de garrafa... Es una boda quieres un vino de marca y si quieres escuchar a Bisbal tienes que pagarlo también. La Sgae es una buena gestoría, porque nadie piensa en quien ha hecho la música del noticiario de la autonómica, que lo que se lleva a fin de mes es un sueldo como compositor. Recientemente en un festival benéfico en el que actuó Bisbal la Sgae reclamó un dinero y hubo una gran polémica. Me gustaría saber el año que viene los padres que recibieron el donativo cuánto tendrán que pagar a Hacienda.