El poeta Zacarías Custodio es el primer zamorano que se hace con el primer premio del certamen de poesía «León Felipe». No es amigo de presentarse a concursos, pero se siente orgulloso de ser el primer autor local en conseguirlo. El galardón está dotado con la edición del libro y entrega a su autor de cien ejemplares y el diez por ciento de los beneficios económicos generados por él.

—Acaba de ganar el premio internacional de poesía León Felipe. ¿Cómo comenzó a escribir?

—De muy pequeño en Montamarta solía subir al sobrao y cogía mis cuadernos amarillos de Rubio con mi tintero y plumilla comenzaba a hacer mis pinitos. Una vez surgió queriendo hacer un diario personal versos con una forma muy romántica. Siempre he tenido una inquietud por el arte. Sin embargo no puedo decir que quisiera ser escritor. Así mi primera vocación fue ser torero. Practiqué con «Josele», José Mazariegos, el primo de del torero de Villalpando Vázquez, cuando tenía unos 11 años. Por entonces estudiaba en instituto Claudio Moyano y trabajaba en hostería. Recuerdo que en la Venta de los Rosales me cogió una vaquilla, que para mí como si hubiera sido un toro de 600 kilos, y desde entonces dije que no quería ser matador. Posteriormente en 1973 fue cantautor, logré el carné de cantautor en la Perla, en San Sebastián, con un jurado de toda España, y me fui con mi guitarra a cuestas con el carné de circo variedades y espectáculos y recuerdo que gané algún premio en el Casino Artístico Vitoriano y en Zamora, en el Ramón Carrión con mi hermano cantando un villancico.

—Luego se dedica a la hostelería, pero ¿cómo aterriza en la poesía versos?

—Todo lo que tienes no responde a un momento definido, viene dado de antes. Para mí la poesía es emoción, desgarramiento y sufrimiento. Conozco a muchos poetas y les pregunto que por qué ha escrito algo y no saben por qué. El creador que ha realizado una obra y no sepa el significado de la misma no es creador. La poesía tiene que tener unos principios formales, tiene que tener una métrica, y sobre todo una gran musicalidad.

—¿Qué le impulsó a presentarse al galardón que convoca el Ayuntamiento de Tábara?

—Se unieron varios factores, por un lado mi situación personal y que quería cambiar de editorial y publicar, lo que es complicado con la crisis. Realmente me lo pensé mucho porque tengo cinco obras en el mercado y hasta ahora no me había presentado a ningún concurso. Estoy en una contracción un poco espiritual porque uno debe ser reconocido por sus obras y me molesta ver las contraportadas de los libros porque parece que lo que cuentan son las licenciaturas y de esta manera entras en los rincones literarios. Si empiezas entras en el maremagno y expones tu espíritu. Por otro lado, también quería tener constancia de que un montamartés recuerda a los jóvenes lo que eran los cuchitriles, lo que eran los regatos...

—Usted es el primer zamorano que ha obtenido el primer premio.

—Estoy muy contento y agradecido y a la par me emocionado porque la obra de León Felipe la tengo desde hace muchos años. Es un doble orgullo porque cuando hablo de mis obras, hablo de opiniones que dicen que he creado un estilo y no me quiero salir de un estilo, valedor de un premio.

— Ha ganado con «El candil de la memoria», pero, ¿qué hay detrás?

—Parto de las raíces del pasado, porque vivo del pasado. Quien no vive del pasado ignora del presente su futuro... todo es cíclico. Mi pueblo está reflejado en mi obra y sobre todo mi madre, cuya ausencia es presencia.. He creado un estilo de pensamiento muy negativo, me llaman el poeta de la muerte y en estos textos han surgido des la pequeña luz que queda cuando entras ya en una edad... son los bueyes, es mi río, son mis seres queridos. La ilustración de la portada corresponde a Ricardo Gago, paisano de Montamarta, pero afincado en las Palmas, cuyos dibujos ya han acompañado a alguno de mis libros.

—¿Se considera un escritor costumbrista?

—Un poco costumbristas somos todos. Todo es costumbrismo, es una constante. Me da igual que se llame de una forma de romanticismo, según Gamoneda «soy una poeta con una musculatura con un neobarroquismo que manejo como nadie».

—¿Ha sentido discriminación en el País Vasco al escribir en castellano?

—Para una persona política me he metido con el lenguaje, me he sentido discriminado en el lenguaje castellano y he tenido que luchar con mi línea, por eso comprendo a Julio Llamazares, quien ha creado un universo como el de Miguel Delibes al habar de su tierra. Ellos han creado su estilo y un universo para ser leído en otros universos. Además, creo que la mejor poesía del estado procede de Castilla y León, véase el ejemplo de León Felipe, Claudio Rodríguez, Colinas, Gamodena.