Este barcelonés se ha convertido en uno de los mejores tenistas en la categoría de dobles al ganar Roland Garros junto a Feliciano López y la medalla de oro en Río con Rafa Nadal. A sus 34 años y tras una carrera individual discreta, aquel niño que empezó a jugar al tenis en el Club Pompeia de Montjuïc ha sabido reinventarse. “Llevo unos años especializándome, y ahora sólo me dedico a una disciplina. Mis parejas de dobles son unos cracks. Además, son mis mejores amigos, y esa confianza se transmite en la pista”, explica. Otra de sus parejas, en este caso la sentimental, ha tenido mucho que ver en su éxito profesional.

“Desde que empecé con ella en el 2011 mi carrera profesional ha dado un salto increíble”, explica. Coincidencia o no, Marc López se casó el año pasado y desde entonces no ha hecho más que ganar. “Está siendo el mejor año de mi vida. La felicidad personal influye en el trabajo”. Para el medallista catalán, la “confianza ciega” en la otra persona es la base de su relación. “Llevamos una relación a distancia desde hace tiempo, y aunque cada vez que me voy de casa es duro, ella entiende y respeta mi trabajo. Sabe que es mi vida. Y me aporta tranquilidad en la pista”. Pese a los viajes, el tenista cuida los detalles: el día de los Enamorados, por ejemplo, suele enviarle flores al trabajo. “Siempre funciona” (risas).

Recuerda con emoción el día en que conoció a María, su mujer. “Fue en el Trofeo Conde de Godó. Ella trabajaba en el comedor de los jugadores y fui a pedirle un ticket de comida. Me sonrió y ya me atrajo cómo se expresaba y lo agradable que era hablar con ella sin conocerla. Me conquistó al instante”. De esa escena hace más de cinco años, pero la ilusión parece intacta. “Te podría decir tantos piropos de ella... Lo reúne todo. Es inteligente, trabajadora y muy deportista. Me enamora que disfrute haciendo deporte”.

Afirma entre risas que su mujer “manda un poquito más en casa”, pero que a él le gusta que así sea, y reconoce que lo de cocinar no es lo suyo. “Soy muy básico. Pasta, ensaladas, pollo a la plancha, todo lo sano se me da bien. Si me pides cosas más elaboradas, me pierdo”.

En cuanto al hecho de que los hombres cobren más que las mujeres en el mundo del tenis, López es de los que se mojan. “Me encantaría que las mujeres cobrasen igual que los hombres, pero por desgracia ellas no atraen tanto público a las pistas, no venden tantos derechos de televisión y juegan menos horas. En muchos torneos cobran lo mismo, pero hay algunos en los que su premio es inferior. Ojalá cambie”.