Sevilla, Agencias

La familia y amigos se congregaron ayer en torno a la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, en el palacio de Dueñas, su residencia sevillana, donde la preocupación por el estado de la aristócrata es latente, después de que la noche del martes fuera trasladada desde la clínica Quirón Sagrado Corazón.

En el palacio de Dueñas se encuentran todos sus hijos, Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia, y su marido, Alfonso Díez, y también acudieron a la residencia a lo largo del día sus nietos Cayetana y Jacobo.

A través de la verja de la puerta principal se pudo ver a sus hijos, algunos pasando de una estancia a otra y otros, como Cayetano, Jacobo o su esposa Inka Martí, paseando por los jardines.

Alrededor de las 18.30 horas llegó también un grupo de amigos, entre los que se encontraban el torero Curro Romero, visiblemente emocionado, y su esposa, Carmen Tello, y el periodista Antonio Burgos, muy amigo de la aristócrata.

Carmen Tello, que es una de las mejores amigas de la duquesa, fue la única que en las puertas del palacio dijo unas palabras: "Estamos muy tristes y muy preocupados, porque está muy mal. Hoy no la he visto, pero la vi ayer. La queremos mucho y Sevilla la quiere mucho, porque ella es una mujer que se ha hecho querer".

Los visitantes, entre los que también se encuentra Mercedes Vázquez, hija de Pepe Luis Vázquez (que fue un gran amigo de la duquesa), evitaron hacer declaraciones a la salida y todos guardaron silencio ante los periodistas que aguardan a las puertas.

El confesor y amigo de la duquesa de Alba, el sacerdote sevillano Ignacio Sánchez-Dalp, que ejerce como capellán de la casa de Alba en Sevilla, también estuvo durante unas cinco horas en el palacio.

Asimismo, acudieron al lugar algún representante del mundo cofrade de la capital andaluza, ya que la duquesa, de 88 años, está muy vinculada a la Cofradía de los Gitanos, a la que tiene una gran devoción e incluso la Casa de Alba ha financiado por completo su nueva sede, una iglesia de planta nueva. A lo largo del día entraron en el palacio varios vehículos de "catering" y también una furgoneta con varias botellas de oxígeno, así como material médico de la Clínica Quirón Sagrado Corazón.

En este centro fue ingresada la duquesa el pasado domingo aquejada de una neumonía que le causó una arritmia cardiaca y que sufrió inmediatamente después de haber padecido una gastroenteritis, cuadro que motivó su traslado a la unidad de cuidados intensivos de la clínica sevillana.

Su traslado a su residencia sevillana y la preocupación mostrada por sus hijos ha hecho pensar que la gravedad de la situación de la duquesa se acentuaba. En el lugar se concentran medio centenar de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, aunque la información es tan escasa que, como recurso, las televisiones entrevistan a algunos curiosos que se acercan hasta la zona.

Hay una discreta presencia de la Policía Local y, como sucedió el día de su boda con Alfonso Díez, varios operarios han vallado la entrada al palacio, aunque a diferencia de aquel día los curiosos no han pasado del centenar, principalmente por la tarde.

La duquesa fue trasladada el martes por la noche en una uvi móvil "por expreso deseo de la paciente y de sus familiares" para continuar en su casa el tratamiento. El centro hospitalario informó de que "el soporte en domicilio será dado por el equipo de profesionales que la ha atendido durante su permanencia en el hospital Quirón Sagrado Corazón así como por el equipo de médicos y de enfermería que venían atendiéndola hasta su ingreso".

El último parte médico que se dio a conocer señalaba que la duquesa de Alba permanecía estable hemodinámicamente y con respiración espontánea, aunque se mantenía la situación de insuficiencia respiratoria debida a su infección pulmonar y que su pronóstico es reservado.