La empresa Azucarera lanzó ayer su oferta de contratación para la campaña de siembra 2018-2019 en la zona norte. Esta oferta se basa en un precio total que es la suma de cuatro conceptos diferentes, tales como el precio base de 25,45 euros por tonelada de remolacha, más la compensación por pulpa, que asciende a 2,36 euros por tonelada líquida, el complemento de estabilidad de 3,89 euros por tonelada para rendimientos medios que igualen a los registrados en la zona norte y el suplemento variable de sostenibilidad, que dependerá de la distancia de la finca a la fábrica. El importe final, como explicaron responsables de la industria, se incrementará en función de las ayudas regionales y nacionales aplicables en cada caso. Por otra parte, como en años anteriores, Azucarera también ofrecerá a los cultivadores la posibilidad de recibir el pago anticipado de parte del valor de la remolacha, hasta mil euros por hectárea contratada, y que se podrá solicitar hasta el 31 de agosto. Además, estos anticipos serán abonados por la compañía en dos fechas; el 15 de junio, para aquellos contratos formalizados hasta el 28 de febrero, y el 15 de septiembre para los suscritos a partir del 1 de marzo.

Para la nueva campaña Azucarera también realizará una promoción sobre determinadas semillas seleccionadas por su alta polarización y elevado rendimiento. Con el objetivo de mejorar la rentabilidad del cultivo y realizar recomendaciones de abonado, AIMCRA llevará a cabo análisis de suelo gratuitos, hasta un máximo de dos por contrato. De otro lado, Azucarera recordó que, este año, ha puesto a disposición de los remolacheros un nuevo proceso de automatización de las reclamaciones, con el objetivo de ofrecer un mejor servicio a los agricultores.

Este proceso se basa en la toma de una muestra de cada uno de los camiones que llegan a la fábrica, sobre el que se determinan los valores de descuento y polarización. La novedad consiste en que mediante un sistema automático se comparan los resultados de riqueza y descuento con el resto de las muestras de cada remolachero. De este modo, el sistema permite un ajuste automático de los datos, siempre en beneficio del remolachero, en el caso de que haya alguna desviación respecto a los valores habituales.