El 2017 ha sido un año aciago para el campo. España está viviendo la peor sequía de los últimos 20 años; en Castilla y León, comunidad eminentemente dependiente de las tierras de labranza, ha sido golpeada con especial fuerza, con una pérdida de un 70% en la cosecha del cereal. Los vitivinicultores no se han librado tampoco de los efectos causados por la ausencia de lluvia. La falta de agua y las altas temperaturas han adelantado la vendimia y reducido la cosecha respecto a años pretéritos.

Pero no todo son malas noticias para las industrias bodegueras, uno de los pulmones económicos del alfoz toresano. El adelanto de la recolección de la uva repercute también en los tiempos de maduración de los caldos locales, por lo que los tintos jóvenes de la cosecha del 2017 tendrán la posibilidad de salir al mercado mucho antes de lo habitual.

Una de las bodegas que más se aprovecharán del adelanto de la campaña será la histórica Fariña. Esta empresa se caracteriza por sacar un vino poco tiempo después de finalizar la vendimia, conocido como "Primero". El producto suele ver la luz a mediados de noviembre, pero este curso "estará embotellado a finales de este mes o inicios del siguiente", detalla Manuel Fariña. El responsable de la empresa familiar señala que "este año hemos tenido que vendimiar antes para evitar que el azúcar de las uvas superara el límite que queríamos". El empresario explica que una maduración excesiva produce una serie de aromas no deseados. No obstante, y a pesar de lo que se pudiera pensar a raíz de esta anómala situación, bodegueros y expertos coinciden que la cosecha ha sido de "gran calidad".

Juan Antonio Fernández, de la bodega Liberalia, también sacará al mercado alguno de sus productos con antelación respecto a otros años. "Nuestros vinos ya han concluido las fermentaciones alcohólicas y algunos depósitos también han finalizado la maloláctica", señala el propietario de la bodega. Esta pronta maduración repercutirá sobre todo en los vinos jóvenes de esta empresa, que saldrán en algunos casos hasta con dos meses de antelación: "Todo indica que podremos sacar el "Liberalia 0" para diciembre, cuando de forma habitual sale al mercado en febrero".

No todas las industrias bodegueras de la DO Toro alterarán su calendario a raíz del adelanto de la vendimia. Este es el caso de Covitoro, que esperará a dar salida a la partida de 2016 antes de comenzar con la nueva remesa de vinos. "Evidentemente la transición de la cosecha va a la par que la del vino, pero eso no tiene mucho que ver con la salida del producto al mercado", afirma Santos Calvo. "Tenemos la opción de sacar el vino antes, pero siempre dependerá de cómo vaya la venta de la añada de pasado curso", concluyó el presidente de la cooperativa zamorana.

¿Es diferente el vino dependiendo de los tiempos de la vendimia? Sí, pero los expertos y trabajadores del sector destacan que no "hay dos cosechas iguales" porque no hay dos años con una meteorología idéntica. Santiago Castro, director técnico del Consejo Regulador de la DO, asevera que "una cosecha adelantada influye en las características de los vinos". Conocemos las causas de este adelantamiento, falta de agua y exceso de calor, pero ¿cuáles son las consecuencias?

Una maduración muy rápida afecta "en el PH, la acidez, el potasio y el grado alcohólico del vino resultante", señala el experto vitivinícola. Según las explicaciones de Santiago Castro esta cosecha ha sido similar a la del año 2015, aunque con unos grados alcohólicos menos. Una de las razones por las que se ha adelantado el proceso de recolección ha sido para evitar la pasificación, consecuencia de un exceso de maduración de la planta. Según detalla el director técnico, "la pasificación surge a consecuencia de la falta de agua en la uva, que se arruga y forma una pasa". Cuando esto ocurre la concentración de los vinos se dispara y aumenta el grado alcohólico. Esta situación solo se ha dado en las últimas partidas de la vendimia y la mayoría de las bodegas han utilizado mesas de selección para retirar los racimos afectados.