"Mi plan, mi único plan es vivir". Este es el reto que se ha marcado la toresana, Ana Isabel Gil Rubio, tras superar un cáncer de mama, experiencia que ayer relató a numerosas personas en el Ayuntamiento, durante la lectura de un manifiesto organizada por la Junta Local de la Asociación Española contra el Cáncer, con motivo de la conmemoración de la Semana Internacional contra el Cáncer de Mama. Aunque, como reconoció, dar lectura a este manifiesto no era "un reto fácil", su discurso caló muy hondo entre las personas que quisieron arroparla en este emotivo acto, en el que algunos de los presentes no pudieron contener las lágrimas al escuchar una auténtica lección de vida. Durante su relato, Gil Rubio explicó que, han pasado cinco años y medio desde que le diagnosticaran la enfermedad y, aunque ha tenido que renunciar a uno de sus sueños, ser madre, en la actualidad, "voy viendo la vida, en rosa, incluso de más colores". Aunque conocer que padecía un cáncer le cambio la vida y supuso "un golpe muy duro", la joven toresana afrontó con valentía esta dura etapa en la que se marcó como reto vivir, porque "la vida es tu mayor regalo".

De su vivencia, Gil Rubio ha aprendido que "el cáncer no es sinónimo de muerte", sino de esfuerzo, valentía, superación y fortaleza y, aunque hay personas que se quedan en el camino, todas aquellas que consiguen superar la enfermedad deben acordarse de su sacrificio y de que "su sufrimiento y el nuestro han merecido la pena" y, sobre todo, que "tenemos que aprovechar la oportunidad que nos regala la vida para retomarla y hacerlo en la mayor brevedad posible". De hecho, como precisó, "pocas veces se presentan segundas oportunidades" y, por este motivo, después de someterse a los duros tratamientos de quimioterapia o radioterapia, los dolores o los días de debilidad, "no puedes quedarte en esa etapa, ni en tu pena o tristeza". Durante los años en los que ha tenido que luchar contra la enfermedad, la joven toresana, como reconoció ayer, "he ido haciéndome rica", en alusión a la riqueza inmaterial que representan su familia, su pareja, sus compañeros de trabajo o sus amigos, "tesoros" de los que se ha propuesto disfrutar. Para cerrar su discurso, reconoció que los "peores miedos" se reproducen en cada revisión, aunque "no nos pueden impedir seguir viendo la vida con las lentes rosas", a la vez que subrayó que, aunque ha superado situaciones muy duras como un cáncer o no poder ser madre, "intento ser la mejor hija, la mejor hermana, la mejor mujer, la mejor tía o la mejor amiga". Con un sentido aplauso, las personas congregadas en el salón de plenos reconocieron la valentía de Gil Rubio al exponer su dura experiencia, aunque su relato también sirvió para lanzar un mensaje de esperanza a todos aquellos que luchan por superar un cáncer. Para cerrar este acto, los asistentes se dirigieron a la plaza de la Glorieta para compartir el encendido, en color rosa, de la balconada del Ayuntamiento.

Por otra parte, la Asociación Española contra el Cáncer celebró ayer en su sede un taller de confección de los lazos rosas que hoy repartirá en una mesa informativa que se instalará en la plaza de Santa Marina. Una vez concluido el taller, el fisioterapeuta Felipe Ordax impartió otro sobre el linfedema, una de las secuelas del cáncer de mama. En su alocución, Ordax, incidió en que las personas que padecen linfedema deben acudir a tratamientos que no se ofrecen en la Seguridad Social, por lo que en este taller realizó una demostración de vendajes y otras técnicas que se aplican en estos casos.