La Junta general ordinaria de la comunidad de regantes del Canal Toro-Zamora ha tenido que elegir, por primera vez en la historia, a los vocales locales de Toro ante la incapacidad de que lo hiciera la junta local por falta de consenso. Debido a esta situación ayer se abarrotó la sala de la estación de bombero de Monte la Reina. El caso fue definido como "un poco desagradable" por parte de su presidente, Pedro Pablo Ballesteros.

La asamblea aprobó la cuenta de ingresos y gastos del año 2016, cuyo saldo asciende a 3.107.648 euros. Luego se examinó la balanza prevista de ingresos y gastos para el actual curso, que se cifra en algo más de 2.900.000 euros.

A continuación la asamblea abordó la campaña de riego para el año 2017. A día de hoy, tal y como se comunicó desde la presidencia, no se posee el agua suficiente para asegurar una campaña de riego óptima. En una reunión previa del presidente del canal con la Junta de Explotación del sistema del Pisuerga se le comunicó que el embalse de Aguilar, con capacidad para más de 242 hectómetros, presenta 132 hectómetros de agua.

Actualmente todo el sistema del Pisuerga (en el que está incluido el Canal Toro-Zamora) se encuentra en un 44% de capacidad total. Esta situación hace que a día de hoy, a la espera de que los canales de la cuenca del bajo Duero se reúnan con la Junta de Explotación el 15 de marzo, no se pueda asegurar la misma cantidad de metros cúbicos por hectárea que en campañas anteriores.

Con la información de metros cúbicos disponibles, el Canal de Toro-Zamora celebrará una junta general extraordinaria para repartir el volumen de agua en función de las necesidades de los comuneros. La situación no es muy halagüeña, de momento. En años anteriores, a finales de marzo, los comuneros solicitaban agua de limpieza para depurar el canal o comenzar el riego de ciertos cultivos como la remolacha. Generalmente recibían la aprobación, pero este año no habrá agua para nadie hasta que comience la campaña el 1 de abril.

El problema con las cuotas del agua dio pie a uno de los temas polémicos de la reunión: el consumo excesivo de horas por parte de los agricultores de la cooperativa. El pasado año, por primera vez, ha aparecido en la factura de la campaña de riego de 2016 el número de horas excesivas que se habían pedido y no se habían utilizado. Las horas son volumen de agua, y por tanto electricidad. Cuantas más horas pedidas desaprovechadas más gasto de agua y electricidad para el canal, un despilfarro que a partir del año 2017 ya no va a ser mancomunado. Este año se han especificado, que no cobrado, el número de horas pedidas y no utilizadas por cada miembro en su factura particular, el año que viene además se le cobrarán. La propuesta contó con el acuerdo de la mayoría. El presidente incidió en que "todos tienen los mismos derechos, pero también las mismas obligaciones".

La renovación de los vocales de la zona, que es un trámite habitual, la sorpresa saltó cuando se dio a conocer hace algún tiempo que la zona de Toro no había conseguido consenso tras dos juntas locales infructuosas.

Los estatutos de la comunidad de regantes establecen que cuando una junta local no es capaz de elegir a sus representantes lo debe de hacer la junta general por votación. Así fue, los más de 100 agricultores votaron entre los 6 candidatos presentados por Toro. Esta situación fue definida como "novedosa, sorprendente y un poco desagradable" por Pedro Pablo Ballesteros. Y es que las disensiones entre los comuneros de Toro se deben, tal y como afirma Ballesteros, a que "ciertas personas no aceptan las normas que se han puesto para hacer un buen uso de las instalaciones".

El resultado fue que los tres vocales que repetían candidatura ganaron por una mayoría aplastante. Según afirman fuentes de la corporación los otros tres comuneros son aquellos que define Ballesteros como "incumplidores de las normas".

Nunca antes en la historia de la comunidad de regantes del Canal de Toro-Zamora una junta local había llegado a un desacuerdo tal que no fuera posible la elección de sus representantes. Esta situación ha levantado ampollas entre algunos comuneros, que consideran fundamental las buenas relaciones entre los miembros y el cumplimiento de obligaciones como condición indispensables para pertenecer a la comunidad.