Los toresanos cumplieron ayer con la tradición de bendecir a sus animales durante la fiesta de San Antón, organizada por la cofradía del mismo nombre. La iglesia de Santa María de Arbas acogió esta fiesta durante la que el párroco local, Roberto Castaño, ofició dos misas en las que destacó que, gracias a las aportaciones de la cofradía, se han podido acometer mejoras en el templo como la renovación de las cubiertas o la iluminación. Perros, gatos, patos y hasta un caballo, esperaron en el interior y el exterior del templo para ser bendecidos. A continuación, sus dueños pudieron adquirir los tradicionales "periquillos" y las rifas para el sorteo del valor del "marranico", aunque también pudieron besar la reliquia de San Antón.