Comienza la época de poda en los viñedos de Toro. Los viticultores de las bodegas de la Denominación de Origen han comenzado el proceso para despojar a las cepas de los elementos innecesarios. Actualmente, según informa Santiago Castro, técnico del Consejo Regulador, se ha podado entre un 10% y un 15% del total de hectáreas que conforman la DO. Este periodo suele comenzar durante el último mes del año y se extiende hasta bien entrado marzo.

La poda consiste en suprimir total o parcialmente los órganos de la vid, principalmente pámpanos y sarmientos. Hay cuatro razones por las que se lleva a cabo este proceso en los cultivos destinados a la producción de vino: alargar la vida de la vid; asegurar la cosecha para el próximo año, manteniendo una obtención estable de kilos de uva recogidos; modificar su forma para hacerlas más manejables para su posterior recolección; maximizar la fotosíntesis en función del sistema de conducción, con el fin de obtener una uva más equilibrada. "Si no se realizara la poda la planta con su carácter trepador crecería y perdería calidad y fuerza al adquirir una mayor cantidad de madera", afirma Santiago Castro.

La poda se realiza por igual en las variedades de tinto y blanco, lo que varía esta labor es la formación de la vid. En Toro hay dos modalidades perfectamente diferenciadas según el número de brazos que presente la planta: en vaso y en espaldera. Las vides en vaso presentan numerosos brazos, seis o siete de media, de los cuales salen los pulgares; mientras que las vides en espaldera presentar dos únicos brazos dispuestos en sentidos opuestos y se conocen por el nombre de cordón royat. La principal diferencia en el proceso de poda es que en las primeras se dejan las cepas a dos yemas más la ciega y en las segundas se dejan a una o dos yemas más la ciega. La ciega es la denominación que recibe la yema que se encuentra más pegada al tronco y que normalmente no brota.

¿Qué clima es el más indicado para el periodo de poda? El clima seco y no especialmente frío es el mejor para realizar estos trabajos. Se intenta, sobre todo, evitar realizar este proceso durante las heladas, ya que los sarmientos son entonces quebradizos exponiéndose a cortes poco limpios y los tejidos expuestos de nuevo al aire son muy sensibles al hielo. Estas circunstancias favorecerían la entrada de hongos como eutipiosis y la yesca.

Las heladas, aunque son malas para podar, ayudan en el florecimiento de las vides. Esta es una circunstancia que tienen muy presente los viticultores y juegan con ella para retrasar o adelantar el crecimiento de la planta. Además, hay que tener en cuenta que la climatología de Toro conlleva que las heladas se alarguen hasta principios de mayo en muchos casos.

Por otro lado, las lluvias dificultan el trabajo de los podadores, pero es bueno que el suelo adquiera reservas de agua que le permita suministrar de este componente a la planta durante los meses estivales de junio, julio y agosto. "Vendría bien que en los meses venideros se produjeran lluvias, ya que desde octubre no ha vuelto a llover con consistencia por las tierras toresanas", señala Santiago Castro.

La diferencia entre viñedos en vaso y en espalderas también se refleja en si se puede realizar una prepoda más mecanizada o simplemente se ha de acudir al trabajo manual tradicional. En el caso de las espalderas, sí puede realizarse una prepoda que corte la parte alta dejando 25 centímetros de sarmientos y posteriormente realiza la poda manual. En el caso de los viñedos en vaso solo se produce una poda manual y siempre es definitiva.

A pesar de que la técnica en el corte de sarmientos no ha variado mucho del que se hacía antiguamente, sí lo han hecho las herramientas con la que se trabaja: hay multitud de variedades de podadoras eléctricas, tijeras de poda y también hay tractores con compresores que llevan una podadora incorporada.