La Fundación González Allende exhibirá parte de su colección de obras de arte y piezas arqueológicas en una exposición permanente que albergará la Casa de Cultura de Toro. El presidente de la Fundación, José Navarro Talegón, reconoció que la entidad posee una amplia colección de fondos, por lo que será necesario realizar una selección previa con el objetivo de exhibir los de mayor calidad, entre los que se encuentran obras de escultura y pintura, al margen de piezas arqueológicas y el material didáctico que la Fundación ha conseguido preservar y que permitirá mostrar a los visitantes la "enjundia educativa" que tuvo la entidad y que dejó un legado imborrable en la ciudad de Toro.

La pretensión de la Fundación es inaugurar esta exposición permanente este año y, en principio, se montará en las dos salas de exposiciones habilitadas en la Casa de Cultura y que, en los últimos años, se han utilizado para muestras de carácter temporal y de diferente temática. Para poder ocupar y disponer de ambas salas, como explicó Navarro Talegón, la Fundación se ha encargado de adecuar otra estancia del palacio de los Marqueses de Castrillo que alberga el servicio de la Casa de Cultura que, hace tiempo, fue utilizada como lugar de exposiciones pero que, por la acumulación de humedad, tuvo que ser cerrada. A esta sala se accede desde el zaguán del palacio que da paso a unas escaleras que conducen a una estancia que ocupa toda la crujía norte del antiguo palacio y, para poder ser utilizada como lugar en el que poder celebrar exposiciones, la Fundación ha procedido a sanearla y a forrar de aglomerado de madera todas las paredes, aunque también ha estucado los techos.

Confía Navarro Talegón en que la exposición permanente de fondos que se exhibirán en la Casa de Cultura, además de mostrar la valiosa colección de obras de arte propiedad de la Fundación, servirá para divulgar la importancia, que en materia educativa, tuvo la entidad creada en 1847. Buena prueba de ello es que para el proyecto educativo de la Fundación trabajaron artistas de la talla de Ernesto Menager, que fue maestro de Delhy Tejero o Daniel Bedate que, años después se convirtieron en reconocidos pintores, o la importancia que se confirió a las enseñanzas de música, lo que, con toda probabilidad, ha contribuido a que en Toro exista una "especial debilidad por la música", apuntó Navarro Talegón.

Manuel González Allende, quien da nombre a la Fundación, nació en Toro el 15 de enero de 1778, estudió Filosofía y Teología en los ya desaparecidos monasterios de San Francisco y San Ildefonso y, posteriormente, Derecho en la Universidad de Salamanca, donde fue pasante de la cátedra de Filosofía. De su preocupación por el fomento de la educación y del bienestar social, según Navarro Talegón, dan buena prueba tanto el proyecto filantrópico que concibió en 1844 para proporcionar trabajo y un sustento digno a los pobres de su ciudad natal, como el testamento que otorgó en Madrid pocos meses antes de morir, el 27 de diciembre de 1847 en Madrid, por el que dispuso que el remanente de todos sus bienes se convirtiera en "valores redituables del Estado y se forme con ellos una renta destinada para el sostenimiento de tres escuelas de instrucción primaria en la ciudad de Toro, dos de ellas para niños y una para niñas y, el residuo de renta, si lo hubiere, se aplique para la asistencia y curación de los enfermos del Hospital General de la citada ciudad".

Desde que Navarro Talegón se hiciera cargo de la presidencia del Patronato, la Fundación ha conseguido optimizar sus recursos, procedentes sobre todo del arrendamiento de parcelas, gestión que ha sido clave para que la entidad haya podido cumplir uno de sus objetivos prioritarios: dignificar el patrimonio cultural de Toro.