Por cuarto año consecutivo, la añada de la Denominación de Origen del Vino de Toro obtuvo ayer la calificación de "muy buena", pero a escasos puntos de la excelencia. La Feria del Vino de Toro fue un año más el escenario elegido por el Consejo Regulador para la celebración de esta cata que, en esta edición, consiguió reunir a 90 expertos de la zona y de otras Denominaciones de Origen, batiendo así el récord de integrantes del comité encargado de evaluar la calidad de las vinos elaborados con las uvas recolectadas durante la pasada campaña de vendimia. De este comité de cata formaron parte sumilleres, periodistas especializados en el sector, técnicos de la Estación Enológica de Castilla y León o enólogos y bodegueros de Toro y de otras zonas de producción.

Un total de 13 vinos, tres jóvenes y diez con barrica, fueron los elegidos para esta cata de calificación de la que el enólogo y veedor del Consejo Regulador, Carlos Gallego, destacó la participación de numerosos expertos, lo que aporta "más objetividad" a la hora de evaluar los caldos elegidos. En cuanto al desarrollo de la cata matizó que comenzó "a cámara lenta" con la degustación de los tres caldos jóvenes en los que los expertos pudieron apreciar las notas vegetales que aporta la piel y que desaparecen en los caldos envejecidos en barrica.

Por otra parte, Gallego se refirió a la pasada campaña de vendimia en la que se recolectaron las uvas con las que han sido elaborados los vinos seleccionados para esta cata. En este punto, aseguró que la variedad autóctona tinta de Toro ha vuelto a demostrar que es "como un Ferrari que puede con todo", en alusión a que las condiciones meteorológicas registradas durante el pasado fueron "más extremas de lo normal", por la escasa pluviometría y por un verano seco en el que las temperaturas alcanzaron valores muy elevados. A pesar de estas circunstancias adversas, durante el pasado año la tinta de Toro consiguió "aguantar los cambios bruscos", lo que demuestra que la práctica totalidad de los viñedos de la zona son ecológicos por cuanto, si no se registran precipitaciones, un tratamiento de azufre es suficiente para el cultivo de la vid.

De la pasada campaña, Gallego también destacó que, durante la vendimia, las elevadas temperaturas provocaron una "parada vegetativa de veinte días" de las cepas con una maduración de hasta 15 grados, pero sin alcanzar la "concentración" en la uva que precisa el bodeguero para sus elaboraciones y que se localiza en el hollejo que aporta los aromas y sabores a mermelada, mora o ciruela.

De otro lado, para el veedor del Consejo Regulador, la conclusión más importante de cuantas se pueden extraer de la cata de calificación de la añada es que la Denominación de Origen Toro empieza a tener claro que lo que buscan las 61 bodegas amparadas por el sello de calidad es la "diversidad" para llegar al mayor número posible de consumidores y, sobre todo, para incrementar las ventas de sus vinos en un mercado en el que cada vez hay mayor competencia.

En este punto, Gallego reconoció que el "caballo de batalla" que deben superar los bodegueros de la zona es "domesticar los taninos" de la tinta de Toro y controlar una potencia que supera a otras variedades de tempranillo. Para conseguir este objetivo como subrayó, cada vez más bodegas de la zona apuestan por maceraciones pre fermentativas que consisten en incubar la uva para su posterior maceración, durante dos o tres días en frío, lo que permite extraer color, aroma y, sobre todo, los taninos más dulces del fruto.

La mayor utilización de este tipo de maceración evidencia que, poco a poco, cada bodega de la zona traza la senda que quiere seguir para adaptarse a las "modas" y a los gustos de los consumidores, con el fin de intentar incrementar sus ventas. A pesar de esta mayor diversidad, para Gallego, la Denominación de Origen Toro "no perderá nunca su identidad" por la localización geográfica de Toro, las condiciones meteorológicas que se registran en la zona y, sobre todo, porque la variedad autóctona es "única en su potencia y exuberancia". No obstante, su juicio, las bodegas tienen que "ser capaces de moldear, maquillar y envolver la tinta de Toro para que sus notas explosivas puedan seducir a todos los aficionados" a los buenos vinos. Por último, para Gallego, la añada del 2015 debería haber alcanzado la calificación de excelente y se mostró convencido de que en los próximos años "dará mucho que hablar".

Por su parte, Amancio Moyano, presidente del Consejo Regulador reiteró que, la añada del 2015, se quedó a escasos puntos de alcanzar la calificación de excelente, lo que supone un reto para los viticultores y los bodegueros que, seguirán trabajando para que en próximas ediciones de esta cata anual, los vinos alcancen la máxima valoración.

En el acto de presentación del resultado final de la cata de calificación de la añada del 2015 también participó el escritor, poeta y director del Instituto Cervantes en Alemania, Diego Valverde Villena. Y es que, uno de sus poemas, ha sido incluido en la contraetiqueta de los vinos genéricos del Consejo Regulador, novedad que fue presentada ayer en la Feria del Vino que, durante el fin de semana, se celebra en la plaza de toros. Amplio conocedor de los vinos que se producen en muchas regiones del mundo, Valverde Villena destacó, por encima de otros valores, la "personalidad" de la Denominación de Origen Toro, "un matiz realmente poderoso" que ha permitido a los caldos de la zona abrirse a los paladares más exigentes". En el poema impreso en las contraetiquetas de los vinos genéricos, el escritor también ha intentado plasmar todos aquellos matices que diferencian a Toro de otras zonas vinícolas del mundo, basados en la tradición y en la riqueza de las viñas. Por último, Valverde Villena subrayó que no es posible concebir los vinos de Toro sin establecer una conexión directa con la historia y, sobre todo, con la cultura.