En 2009 la Fundación Las Edades del Hombre finalizaba la primera fase de las exposiciones de arte sacro, con un recorrido completo por las once diócesis de Castilla y León -las correspondientes a las nueve provincias junto con las de Astorga y Ciudad Rodrigo- y aventuras singulares en Amberes (Bélgica) y Nueva York. La muestra llegó a Zamora en 2001, con una brillante propuesta que, bajo el nombre de RemembranZa, situó el patrimonio local en el foco de todas las miradas y reforzó la imagen de la Catedral como icono universal de esta tierra.

Agotada la idea inicial, la Fundación fabricó un proyecto diferente, más pequeño, para recorrer los muchos templos de la región aún inexplorados, repitiéndola confianza en un envoltorio temático para narrar la historia de las piezas que iba a enseñar. Así, en 2011, el reestreno de Las Edades tuvo lugar en las dos "Medinas" de Valladolid, con una exitosa "Passio" que puso el dedo en la llaga, en las emociones de los castellano-leoneses, al juntar el patrimonio sacro con las procesiones de Semana Santa. Desde entonces, la segunda fase ha contado con otras cuatro ediciones que han viajado a Oña (Burgos), Arévalo (Ávila), Aranda de Duero (Burgos) y Alba de Tormes (Salamanca) junto con Ávila, en el reciente quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

En mayo de 2011, Passio abrió sus puertas en Medina del Campo y Medina de Rioseco, localidades de la provincia de Valladolid. 150 piezas se repartieron entre la iglesia de Santiago de los Caballeros de Rioseco y el templo de Santiago El Mayor de Medina del Campo. Como novedad, una visita virtual a través de la web de Las Edades y la posibilidad de comenzar el recorrido real por cualquiera de los dos edificios.

Rioseco recogió la Pasión de Cristo desde un punto de vista cronológico, siguiendo los relatos evangélicos desde la Última Cena hasta la Resurrección. En Medina, la propuesta por un bloque temático abría al espectador tópicos como el Agnus Dei, el Varón de Dolores o los Arma Christi. La muestra tuvo una fuerte presencia zamorana, con obras arriesgadas, atrevidas, de Ricardo Flecha y José Luis Alonso Coomonte. Passio cerró sus puertas con más de 300.000 visitas, lejos de las acumuladas por las catedrales de Castilla y León, pero en una línea interesante para continuar el camino, ofreciendo una perspectiva cultural y económica a las ciudades menores de la comunidad.

os responsables de la Fundación admiten que se vieron sorprendidos cuando en el Monasterio de San Salvador de Oña fueron colocados los carteles de Monacatus. Las grandes y experimentadas manos de un monje coronaban un espacio singular que apuntaba hacia el movimiento religioso que avanzó en el tránsito de la Alta a la Baja Edad Media, un periodo de reflexión, de abandono de las ciudades para conquistar la filosofía de Dios en emplazamientos rurales, lejos del mundanal ruido y la corrupción de la Iglesia.

Pinturas, esculturas, cerámicas, piezas de orfebrería, telas y documentos nutrieron el cenobio burgalés para glosar la larga historia del edificio. Las palabras Dios, regazo, retiro, trabajo, monacato, monarquía? se hicieron dueñas de un recorrido que contó con una notable sorpresa: la proyección virtual de los monjes en el coro del monasterio entonando cánticos y oraciones de siglos. Monacatus echó el cierre con 200.000 visitas, allí arriba.

on el 25 aniversario de la primera exposición de Las Edades del Hombre, que tuvo lugar en Valladolid, nacía Credo, la edición de Arévalo. Corría 2013, Año de la Fe. La oración, pues, fue el nexo entre los diferentes discursos ofrecidos al visitante. Organizada en tres capítulos y un epílogo, la edición abulense permitía al espectador recorrer distintos templos -El Salvador, San Martín, Santa María y la Casa de los Sexmos-, tal y como hará Aqva este año en el caso de Toro. Pudieron verse casi un centenar de obras de arte. En este caso, de nuevo al corazón de Castilla y León, el número de visitas superó las de Monacatus, más allá de las 200.000.

n 2014, Las Edades volvieron a la provincia de Burgos para impulsar la localidad de Aranda de Duero, cada vez más popular por su programación musical y cultural. Los resultados de Eucharistia superaron las expectativas, con más de 300.000 personas registradas.

Los responsables organizaron la muestra en cuatro capítulos, ilustrada en un cartel vanguardista que exponía los elementos propios de la eucaristía cristiana. El fin, hablar del pan, el vino, el banquete en torno a la mesa, la eucaristía desde el punto de vista el Antiguo y Nuevo Testamento y el cuerpo de Cristo. En este caso, repartidos entre las iglesias de Santa María y San Juan de la localidad arandina.

a última entrega de Las Edades viajó a Ávila y a la localidad salmantina de Alba de Tormes, es decir, los lugares en los que nació y murió Santa Teresa. El motivo, el quinto centenario del alumbramiento de la religiosa, una de las mujeres más influyentes en la historia de nuestro país.

Los responsables de Las Edades se esmeraron en la gran apuesta turística y devocional de Castilla y León para 2015. El resultado fue una exposición repartida en tres interesantes sedes en Ávila y la inacabada Basílica de Alba de Tormes, dedicada a Teresa de Ávila. El resultado fue que más de 400.000 personas visitaron la exposición, un recorrido por el arte relacionado con la andadura de la santa, en compañía de otras piezas, algunas de ellas magníficas, como la sala de Crucificados con presencia de Juan Martínez Montañés o Gregorio Fernández.