Gestos cotidianos como abrir un grifo y que corra el agua o darse un baño en una piscina, son algunas de las experiencias que en sus primeros días de estancia en Toro y otros pueblos del alfoz han descubierto niños saharauis que, gracias a la solidaridad y la generosidad de sus familias de acogida, podrán vivir un verano y unas vacaciones diferentes. Los niños, acompañados por sus familias de acogida, fueron recibidos ayer en el Ayuntamiento por representantes del equipo de Gobierno quienes, en un ambiente distendido, quisieron conocer las impresiones de los pequeños y cómo están pasando las vacaciones en la ciudad.

Aunque son cinco los niños acogidos por familias del alfoz, dos participan por primera vez en el programa "Vacaciones en paz" de la Asociación Zamora con el Sáhara, mientras que otros dos regresarán hoy a los campamentos para pasar el verano con sus familiares y regresarán a la ciudad cuando comience el curso escolar para poder continuar con sus estudios en colegios de Toro. En un ambiente muy diferente al que viven cada día en los campamentos de refugiados, los pequeños mostraron ayer su simpatía y, en algunos casos, su timidez sobre todo porque, todavía, el idioma supone una barrera para comunicarse. Soraya Solís decidió apuntarse este año al programa "Vacaciones en paz" y acoger en su familia a una niña saharaui de diez años porque "quería hacer algo solidario y colaborar". Reconoció Solís que la idea de participar en este proyecto surgió a raíz de que, en un viaje a La Toja con la Asociación Española contra el Cáncer, conoció a Salek, uno de los niños que reside durante el año en la ciudad para estudiar. A partir de este encuentro, decidió implicarse en el proyecto y, este verano, Solís ha acogido a una niña que, cada día, "descubre cosas nuevas" y a quien, sobre todo, le ha sorprendido la piscina.

En esta recepción en el Ayuntamiento también participó Marian Brahim Salec, quien colabora con la asociación y que, desde hace unos siete años reside en Toro, aunque viaja regularmente a los campamentos de refugiados. Esta mujer saharaui explicó a las autoridades locales que su pueblo lleva 40 años esperando la resolución definitiva del conflicto, pero como subrayó, "no hay paz ni negociaciones" y teme que, en cualquier momento, pueda desencadenarse una guerra. En este punto, reconoció que los saharauis están dispuestos a luchar para defender sus territorios ocupados y reconoció que todo el "sacrificio" que está haciendo su pueblo es para que niños como los que han sido acogidos por familias de la zona "puedan tener un futuro mejor".

Por su parte, el alcalde de Toro, Tomás del Bien, realizó un llamamiento público a la solidaridad y pidió a los ciudadanos que "se impliquen con la causa saharaui", a la vez que reconoció que tiene previsto viajar en un futuro a los campamentos de refugiados para conocer su realidad. La recepción concluyó con la entrega de unos regalos a todos los niños participantes.