Fiel a su filosofía de ofrecer a los amantes del vino la oportunidad de ampliar sus conocimientos sobre un sector complejo pero «apasionante», la empresa dedicada al enoturismo «El sabor del vintage» ha celebrado en su sede, una antigua panera restaurada de Morales de Toro, una cata de vinos italianos maridados con productos y recetas típicas de este país.

Esta cata se enmarca dentro del ciclo «Di vinos de Toro» para el que se han organizado variadas degustaciones internacionales de vinos con el único objetivo de que los participantes disfruten de nuevos aromas y sabores y se «empapen» de otras culturas y tradiciones vinícolas del mundo, aunque dentro de este ciclo también se han programado catas de caldos elaborados en Denominaciones de Origen españolas.

Para estas catas internacionales, el primer país elegido ha sido Italia y, como explicó el fundador de la empresa, Carlos Gallego, en esta ocasión fueron seleccionados vinos Spumantes y Frizzantes del norte de Italia elaborados en las Denominaciones de Origen Lambrusco, D'Asti Spumanti, Prosecco Fragolino y Vino Santo del Chianti.

En esta ocasión, Gallego contó con la colaboración de dos restauradores italianos, Carmine Angelo Parisi y Fulvio Rampi, propietarios del restaurante «La Bocca di Bacco» en Toro que pusieron el «broche de oro gastronómico» a esta cata con una «clase magistral» sobre cocina a baja temperatura, trufas negras o carne de vacuno de Kobe, en la que se mezclaron aromas, sabores y texturas de Italia.

Durante esta cata, los participantes pudieron descubrir un vino Bianco Comaró, un caldo manzane elaborado en la Denominación de Origen Prosecco o un vino Mascalese.

Para estos tres vinos, los restauradores italianos elaboraron, entre otras, una original tapa presentada en un tarro de yogur de cristal transparente denominada «Subsuelo de Castilla» y elaborada a base de mousse de pato con gelatina de Albariño, espárragos blancos y verdes, entre fibras de pimiento asado o una aceituna que al «explotar» en la boca dejó a los participantes el recuerdo del aceite virgen de Extremadura, que se cosecha de noche para preservar la oxidación de la luz.

En una segunda «tanda» los amantes del vino pudieron degustar vinos más «desconocidos» como los Fragolinos, elaborados por el método Charmat y, en algunas ocasiones, aromatizados. Destacó Gallego que estos caldos son también spumantes y que su particularidad es que se elaboran a base de una variedad híbrida de Vitis Lambrusca y que su aroma recuerda al palote de fresa. Para estos vinos, los restauradores sorprendieron a los participantes en esta cata con una pizza italiana cocinada a baja temperatura con textura maleable de colchón con tomate, queso y alcaparra, «sabores potentes pero llenos de elegancia», subrayó Gallego. En una tercera fase de la cata, fueron degustados un vino blanco Secco Fizzante, un Lambrusco de la Denominación de Origen Emilia o un Moscato D'Asti. Estos caldos fueron acompañados por una mini hamburguesa elaborada con carne de kobe. Para cerrar la cata, los aficionados pudieron probar dos «curiosidades», un vino tinto del Chianti Clássico de la variedad Sangiovese y un vino dulce santo elaborado con malvasía y treviano y degustar una tosta «Mataroco» elaborada por el enólogo Jordi Solá, queso parmesano, queso fresco de vaca trufado, salami italiano y Panettone.

Este ciclo de catas organizado por «El sabor del vintage» proseguirá este viernes en Morales de Toro con una nueva cata de vinos. Para esta ocasión, los promotores de esta iniciativa han seleccionado vinos rosados elaborados en distintas zonas productoras de España como Navarra o la Denominación de Origen Cigales. Todos los interesados en participar o en obtener más información pueden dirigirse a la empresa de enoturismo y el precio fijado para estos cursos es de veinte euros por persona.