Carles McCragh i Prujà es abogado laboralista y penalista y un firme activista en la defensa de los Derechos Humanos. Vicepresidente de la Fundación de la Abogacía para los Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española, el jueves impartió en Asturias la conferencia inaugural de la exposición "#Derechos Refugiados: 11 vidas en 11 maletas" que se muestra hasta el día 22 en el Colegio de Abogados de Oviedo.

-¿Están en riesgo los Derechos Humanos?

-Permanentemente. No se puede bajar la guardia. Se está produciendo una deriva muy conservadora y, por ejemplo, hay personas contrarias al refugio y a dar asilo a quienes huyen de guerras, de la persecución, de la violencia. Ahí está Turquía, que quería implantar la pena de muerte, o el caso de Nadia Munar. Cuando me contó su historia como esclava sexual de los yihadistas... es escalofriante. Las mujeres son utilizadas como armas de combate en los conflictos armados, y ahí está el tráfico y la trata de personas... ¿Cómo humanamente se pueden consentir estas cosas?

-¿Es culpa de la falta de actuación eficaz de los gobiernos?

-No hay voluntad política. La sociedad civil está mucho más concienciada que cualquier gobierno y está actuando. Los gobiernos actúan solo por la presión social, porque existe esa demanda. En España hay personas que de forma clandestina viajan a lugares en conflicto, se traen a gente y la esconden. Éste es uno de los países más solidarios y que más trabaja en los campos de refugiados. Son muchos quienes van allí para ayudar. Pero el proceso para traer a aquellas personas es muy difícil. Si burocráticamente fuera fácil, no harían falta esos campos.

-La Fundación también trabaja con presos españoles en cárceles de Sudamérica y Asia.

-Hemos sacado a casi 90 presos españoles de cárceles de Ecuador. Algunos habían cumplido su condena, pero carecían de recursos para realizar los trámites legales que le permitieran volver a España. Y otros que cumplían las condenas de allí en cárceles españolas, hemos logrado que se les reduzca la pena. Ahora vamos a empezar a trabajar en Perú. La crisis económica provocó que muchas personas buscaran recursos en la droga, y eso trajo serias consecuencias.

-¿Puede relatar algún caso?

-El de una mujer andaluza que tenía cuatro hijos. Al tener niños estaba en una casa prisión en una especie de campo de concentración. Era violada sistemáticamente por los vigilantes y estaba en peligro de muerte. Conseguimos contactar con una profesora en enero de 2016 que nos ayudó y en junio conseguimos que la familia al completo volviera a España. Ahora está en la cárcel con sus hijos y parece otra persona.

-¿Estamos en una recesión económica y también moral?

-Estamos en un periodo de recesión muy importante de ideales, de marcha atrás en los Derechos Humanos. Vamos hacia una sociedad menos tolerante, y por eso posturas casi nazis se permiten e incluso ganan.

-¿Donald Trump?

-Él ha ganado. Y por poco todos hemos perdido el proceso de paz en Colombia, se impuso el "brexit"... Ahí están Austria, Alemania, incluso Francia. El socialismo ha fracasado y no es paradigma de nada, por eso se ve como solución la derecha o la derecha más conservadora.

-¿Por qué esta deriva?

-El miedo, la falta de políticos que sepan estar a la altura y la crisis económica. Ante el miedo la gente se vuelve conservadora y lo suyo es lo más importante. Que es verdad que es importante, pero no se puede olvidar que también hay otras cosas que lo son.

-¿Los jóvenes de ahora son más conservadores que las generaciones anteriores?

-Nuestros jóvenes no han sufrido y les quedan muy lejos las circunstancias históricas que permitieron que vivieran así. Hay poca educación y poca cultura. Si hubiera más, habría menos necesidad de justicia. Les hemos sobreprotegido en exceso y no han tenido necesidad de nada. Tendría que ser obligatorio que fueran un mes a un campo de refugiados o a algunos países para ver cuál es la realidad de una parte importante de la humanidad.

-Pero hay muchos muy solidarios pese a que el futuro para la juventud es muy incierto.

-Sí. No les damos un horizonte, un futuro, y eso es culpa de todos. Y es verdad que sigue existiendo una parte importante de juventud muy solidaria y que entiende que son la esperanza.

-La imagen de los abogados es la del que litiga para cobrar, pero no como grandes defensores de los derechos humanos.

-Ya, pero el abogado es quien más cree en ellos, porque el derecho a la defensa ya es uno. Todas esas sentencias que están saliendo sobre las cláusulas suelo y la pobreza energética, por poner algunos ejemplos, a qué se deben. Pues es sencillo: no existiría una sentencia pionera sin una demanda pionera. Y eso lo hacen los abogados.

-Pero defender a algunos delincuentes...

-Todo el mundo tiene derecho a la defensa, porque si no, en un estado democrático, no se le podría condenar.