La reina volvió a sacar ayer una de las piezas más lujosas de su joyero y que, hasta que subió al trono, mantenía casi en secreto. Un modelo diseñado por Grisogono en oro blanco y 432 diamantes negros en forma de lágrima, y dos diamantes de gran luminosidad y forma alargada en la parte superior, que ya lució en los Premios de 2015 y a los que es imposible no mirar.