El miércoles el Congreso aprobó los Presupuestos Generales del Estado para 2017 y Rajoy consigue dar un nuevo paso en su alfombra de ascuas. No sólo consigue el apoyo de la mayoría y da estabilidad a la legislatura hasta 2019, sino que hace compatibles las divergentes hojas de ruta de los contrarios, como C´s y los nacionalistas. Sin embargo, esto no ha sido sólo logro de su elocuencia o capacidad de diálogo, sino de un saber político y sentido común que tantos le niegan. "Ser serio, generar confianza y cumplir tu palabra es lo único que funciona en político y en cualquier faceta de la vida", les dijo a sus compañeros de partido en la clausura del congreso en Mallorca.

Con el crecido fondo de la chequera que ha traído la recuperación económica ha sabido romper reticencias y ganar voluntades. En la cuneta van quedando amortizados los cadáveres de la corrupción, sin que apenas logren empañar su mandato, curtido de resiliencia. Son asuntos de otra época, dicen los suyos. Rajoy nada tiene que ver ni ocultar sobre la rampante corrupción que gangrenó su partido mientras él era secretario general o presidente. Ahora, C´s, PNV, Coalición Canaria, Nueva Canarias y Foro Asturias, además del PP, le han brindado su apoyo para sacar adelante las cuentas, olvidando pesares y deudas. C´s se apuntó 4000 millones de aumento en diversas partidas sociales: el PNV, 5400, entre un nuevo cálculo del cupo e inversiones para el AVE; coalición Canaria, 1200; Nueva Canarias, 200 y Foro Asturias, 65. Cada partido barrió para casa, llevándose lo que pudo en esta rebatiña de subasta patriótica. Los que se quedaron a dos velas, y por tanto, a dos velas sus electores, fueron los de la izquierda y los independentistas. Los primeros por andar a por uvas sin encontrarlas; los segundos por despreciarlas, creyéndolas verdes.

Tras la firmeza del Gobierno para impedir que se realice el referéndum ilegal, el presidente de la Generalitat no ha expresado su malestar por la disminución de la inversión extranjera en Cataluña tras la consulta del 9-N, ni por la deficiente gestión de los recursos públicos y el aumento de la deuda pública de Cataluña, sino por la falta de capacidad de diálogo del Gobierno que no se atiene a negociar el día y la hora de la consulta. Esas uvas verdes, verdes como la albahaca. "Basta ya de flirtear en los confines de las costuras del sistema democrático", dijo indignado, quien no ya en los confines, sino mucho más allá de los límites, lleva a su Gobierno por el ronzal de la sedición, convencido de que el Estado es un tigre de papel y de que saldrá impune del golpe de estado legal que piensa ejecutar.

Si Puigdemont y su tropa emulan a la zorra en la fábula de Esopo, Sánchez e Iglesias siguen el aforismo popular del extravío, sin percatarse de que están a su alcance esas uvas maduras que no desprecian. El resucitado líder socialista, preocupado por controlar el congreso de su partido, descabezar el poder de los barones e impedir que Podemos se apropie de la representación de la izquierda que tiene por propia, apenas le quedó tiempo para pensar en los Presupuestos. Iglesias, con la obsesión de expulsar al PP de las instituciones y situar a Podemos y sus confluencias en la centralidad del debate político, ha propuesto una moción de censura contra Rajoy como una réplica de la que González le hizo a Suárez. Pero sólo aspira a tumbar a su reticente aliado y puede acabar siendo su tumba política.

Da la sensación de que el único que acierta en este desbaratado momento político es el vilipendiado Rajoy, al que casi de todo menos tonto se le ha tildado. Mal que les pese a sus adversarios y con el lastre de la corrupción a su espalda, ha logrado que se mantenga la recuperación económica, que seamos el país de la UE que más crece, que se creen más de millón y medio de puestos de trabajo y que España haya recuperado su peso político en la esfera internacional. ¿Alguien da más? Sí, él mismo. Si lograr resolver airoso el desafío secesionista, terminará la legislatura que muchos auguraban corta y a trompicones. ¡Será por prudencia, inteligencia o templanza!