Son ya muchos, demasiados, los atentados islamistas en suelo europeo. Madrid, París, Bruselas, Niza, Berlín, Estambul y recientemente en Manchester, al final de un concierto multitudinario, cuando al Daesh le gusta atacar. Los niños y los jóvenes son sus objetivos prioritarios. Volvieron a conseguirlo. Y mientras todo esto sucede, por las redes sociales corre como pólvora aquel tuit que en el año 2011, lanzó alegremente el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero. Un mensaje que suena a escarnio. Un mensaje que coloca a Monedero y a tantos de los suyos del lado de los asesinos, del lado de los violentos.

El mensaje en cuestión decía: "Que la lucha del pueblo árabe crezca en todo el continente. Y, como pólvora, salte a Europa y Estados Unidos". La de los asesinos del Daesh no es la lucha del pueblo árabe, majo. El pueblo árabe no cae masacrado por las bombas y los tiros de Occidente. El pueblo árabe cae masacrado por las bombas y los tiros de otros árabes radicales. Que su guerra se quede entre ellos. Que no la exporten ni a Europa ni a América. Lo que sí deben hacer Europa y América es trabajar conjuntamente para acabar con los conflictos bélicos y sumar a Rusia que también cuenta con tantos intereses de todo tipo en la zona. Que se acaben las guerras pero que no porque un iluminado como Monedero lo diga, las guerras se trasladen a Europa y América de esa forma tan atroz que conocemos.

Los podemitas tienen un problema grave que la sociedad española de bien no puede pasar por alto. Tienen la fea costumbre de tuitear alegremente lo primero que se les ocurre metiendo la pata hasta el corvejón. El engorroso tuit de Monedero sólo ha servido y sirve para que algunos hayan interpretado esa "lucha árabe" como la extensión del terror allá donde quiera que haya un infiel. No pienso renunciar a mi religión católica, ni por miedo, ni por conveniencia. No pienso renunciar a mis principios porque unos intransigentes vengan a imponerme la ausencia de los mismos. No pienso renunciar a las libertades logradas. Entre otras cosas porque hay que seguir luchando por las conseguidas y por las que todavía nos quedan por conseguir.

Cuántas veces los podemitas se han visto en aprietos, se han visto en apuros por su particular y peculiar visión de lo que es el terror yihadista que ha dejado de convertirse en una amenaza para ser una cruenta realidad. Estos aficionados a la política de altura y que no tienen ni la más remota idea de nada, (lo suyo es demagogia pura y dura, como la que a diario emplea Iglesias), se meten en todos los charcos habidos y por haber e incluso se prestan a ser jueces y parte y a realizar análisis de lo más variopinto. Y lo hacen sin anestesia, a lo bestia. Cuando los atentados de París estaban todavía recientes, otro iluminado, Miguel Urbán, se atrevió a decir que el sistema europeo había fallado a tanta gente que muchas personas no veían otra alternativa que inmolarse. Pero, tío, ¿qué dices? Se suicidan, que no inmolan, los "mandados". Los jerifaltes a lo suyo, viviendo como pachás. Tras el pertinente lavado de cerebro les mandan a morir en base a mentiras, por Alá, y no creo que Alá sea ese tipo de dios.