Aquel conflicto armado a escala mundial que se desarrolló entre 1914 y 1918 tuvo su origen en Europa a partir del enfrentamiento entre el Imperio Austro-Húngaro y Serbia, en el que luego intervino Rusia y a partir del 1 de agosto de 1914 el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea.

Se incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra en la que participaron 32 países. El evento detonante fue el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco-Fernando y su esposa Sofía Chotek, a manos de un joven estudiante nacionalista serbio llamado Gavrilo Princip.

Curiosamente, cuarenta y ocho horas antes, es decir el 30 de julio de 1914, algún periódico se atrevía a vaticinar: "No creemos en la guerra". Aunque ya se había producido la ruptura de relaciones diplomáticas entre Austria-Hungría y Serbia, decía aquel periódico: "Apostamos doble contra sencillo a que la declaración de guerra no ha de llegar y que el conflicto, después de haber llevado la alarma a todos los pueblos de Europa, será resuelto pacíficamente por las cancillerías, con la mediación de conciliadores amigos". Aquel periódico erró plenamente en su vaticinio y hubo guerra para más de cuatro años.

En España existió durante la Primera Guerra Mundial el Patronato de Voluntarios Españoles que, entre otras cosas, editó diversas obras, como "Los españoles en la Guerra de 1914-1918". Al frente del Patronato figuró el duque de Alba.

Se estima que fueron unos 15.000 los españoles que participaron en aquella guerra procedentes de todas las regiones, si bien entre estos destacaban un importante número de catalanes. Desde Cataluña, la Unió Catalanista creó en febrero de 1916 el llamado "Comité de Germanor amb Voluntaris Catalans", que disponía en París y Perpiñán de dos centros donde los soldados catalanes recibían ayuda y podían quedarse normalmente cuando disfrutaban de permiso o estaban convalecientes. Los catalanes lucharon en varias batallas importantes del Norte de Francia.

Tras el final de la guerra, muchos de aquellos voluntarios se quedaron en Francia. Algunos voluntarios catalanes lucharon por Francia creyendo que luchaban también por Cataluña, por su autonomía y por su independencia. Sin embargo, las potencias aliadas jamás intercedieron por los intereses del independentismo catalán.