La corrupción es algo que en este país y muy en concreto en el ámbito político ya ni siquiera causa indignación apenas, sino más que otra cosa una profunda perplejidad y tristeza y la sensación oscura y amarga de que todo esto que se va descubriendo debe representar una mínima parte de lo que hay, la clásica punta de un iceberg que amenaza con deteriorar aún más la democracia española.

Aunque no tengan la exclusiva, que hay partidos nacionalistas y regionalistas manchados por la corrupción, son los dos grandes, los del bipartidismo, los de siempre, los que siguen urdiendo cómo seguir repartiéndose el poder, PP y PSOE, los que se llevan la palma en cuanto a estos escándalos que han judicializado la vida política y que suponen la pérdida de miles de millones de dinero público.

Los expresidentes socialistas de Andalucía Chaves y Griñán han sido procesados por presunta prevaricación en el asunto de los ERE, una de las mayores charcas de corrupción en una comunidad regida siempre por el PSOE y donde los imputados por estas y otras causas semejantes suman centenares. Ahora, en cuanto se supo la noticia, los dos antiguos dirigentes se han dado de baja en el partido, se supone que para evitar ser expulsados pese a su amplio currículo. Se van a la fuerza.

Y aquí, en Zamora mismo, una ex secretaria provincial del PP, Carmen Luis, exdelegada de la Junta y exparlamentaria, también acaba de pedir la baja en su partido al aparecer su nombre en los papeles de Panamá. El PP provincial en su explicación habla de un asunto personal y lo deslinda de la corrupción política, y aunque así es resulta difícil desligar hechos y consecuencias, y más en una persona que había destacado por su clase, corrección y discreción en cuantos cargos ha desempeñado, lejos de la prepotencia y antipatía habituales en los dirigentes del que ha sido su partido.

Pero no solo los políticos, y los papeles de Panamá, así como otras investigaciones obtenidas gracias a las tecnologías de la información están permitiendo dar a conocer la podredumbre existente, el todo vale que parece haberse impuesto en una sociedad hedonista y cada vez más desprovista de ética, valores y principios. Los conocidos actores de "Cuéntame" Imanol Arias y Ana Duato han sido llamados ya ante el juez para responder sobre una presunta defraudación fiscal de tres millones de euros.

Luego, se levantan los sumarios y la gente se echa las manos a la cabeza, viendo cómo algunos como los de la Gürtell y la Púnica, los dos mayores escándalos del PP, se llevaban sus caudales a distintos paraísos fiscales y hacían gala de un insultante derroche de dinero público que gastaban a manos llenas. Algunos están en la cárcel pero la mayoría, no. Lo que quiere la gente es que devuelvan lo que robaron.

Y el día 26, elecciones. Que haya quienes aún voten por PP y PSOE, los focos principales de las grandes tramas de corrupción, es muy complejo de explicar. O no tanto, por desdicha. Cierto que Ciudadanos no convence y Podemos produce miedo, pero alguna alternativa tiene o tendría que haber para salir de esta laberíntica situación que parece que se prolongará indefinidamente y sin remisión.