Lograr que haya un tercer diputado por Zamora en el Congreso representando a Ciudadanos o a Unidos Podemos, la coalición de izquierdas que, gobierne o no, va a significar una poderosa fuerza política, no es una misión imposible, ni mucho menos, sino una misión perfectamente posible y más que conveniente para la provincia. Zamora no puede estar representada únicamente por el bipartidismo PP-PSOE de tantas décadas, origen de esta democracia de segunda división manchada por las inmensas tramas de corrupción en el ámbito de los partidos, por la deuda y el déficit públicos, que tienen como principal causa los despilfarros autonómicos de las 17 taifas en las que fue troceada España, por el paro sufrido y que se sufre, por la desigualdad social, por la debilitación de la clase media y de las clases más desfavorecidas sobre cuyas espaldas el Gobierno del PP ha cargado el peso de la crisis.

Tiene que contar Zamora con un diputado nacional de IU-Podemos o de Ciudadanos, y ahora se sabe que a los de Pablo Iglesias le bastan poco más de 2.000 votos para conseguir situarse junto a la representación del PP y del PSOE, los de siempre, que ya se sabe lo que han hecho: nada. La provincia necesita contar con un diputado de verdad, alguien interesado por las carencias, las precariedades: el desempleo, la falta de industria, la situación del campo, el deterioro de la asistencia sanitaria pública, la despoblación, y toda la vieja ristra de problemas que el bipartidismo no ha tenido nunca el menor interés ni verdadera voluntad en resolver. Ahí, como tercer diputado por Zamora se necesita a alguien que ni viva ni pretenda vivir de la política, alguien lejos de la mostrenca mediocridad rampante, a alguien que levante la voz, que pregunte, que dialogue, que discuta, que haga algo más que llorar por Venezuela y apretar el botón que se le ordene. El candidato de Ciudadanos será Gaspar Fuentes, nuevo en la plaza, que lo tiene mucho más difícil, pues los votos que ganen o pierdan los de Rivera y los de Rajoy no serán otra cosa que un trasvase entre ambos partidos de centro derecha. Por Unidos Podemos volverá a ser Braulio Llamero el candidato, un periodista conocido, con miles de artículos publicados poniendo en solfa a la clase política que se padece. Necesita el apoyo de los zamoranos, pues aunque finalmente gobierne, como es probable, el PP con Ciudadanos, es preciso tener un diputado de los partidos emergentes aunque sea en la oposición. Y ello es factible porque, además, puede que Ahora Decide, la formación desgajada del PSOE provincial, se una a IU-Podemos, y hay que tener en cuenta que en las pasadas municipales obtuvo más de 3.000 votos, que serían suficientes para el empeño.

Han de ponerse a ello y afinar mucho en las estrategias. Sus rivales van a ser los de antes, los de siempre y ya se sabe lo que dan de sí y de no. Ni PP ni PSOE introducen la menor modificación en sus listas, sin más ambición que evitar que se cuele Unidos Podemos o Ciudadanos y pueda demostrar lo que es un parlamentario de verdad, un representante de Zamora y de todos los zamoranos en el Congreso, con afán de trabajar en favor de la provincia que le ha otorgado la representación y el mandato.