La Bóveda de Toro (así llamada por un abuso de la jurisdicción militar en el siglo XVIII, al pertenecer al concejo de Toro; su nombre histórico debería ser La Bóveda de Valdeguareña), en la comarca de La Guareña, de la que en tiempos fuera capital como sede de la Bailía de la Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, hoy conocida por "El Palacio"; cuna del insigne político don Claudio Moyano Samaniego, cuya partida de bautismo figura en los libros sacramentales de su parroquia, conservándose en la plaza la casa familiar y blasonada de su padre, Silverio Moyano, construida en 1815; con la tumba en su capilla gótica del Bailío don Pedro de Cárdenas, "Bailío, Señor de esta Villa, Comendador de Bamba y de Rubiales y Iévenes y Procurador General del Común Tesoro de toda la Religión de San Juan" (1545); famosa por sus bodegas y subterráneos que no solo guardan el buen vino de la tierra, sino que en diversas ocasiones históricas contribuyeron a la defensa de la villa, se prepara para celebrar el IX Centenario de su Fundación Documental.

Y si decimos fundación documental es porque la historia de La Bóveda se pierde en la noche de los tiempos, si bien el documento más antiguo del que hasta la fecha se tiene noticia es la carta donación de la reina doña Urraca a los Sanjuanistas: "Facta carta III nonas junii sub era MCLIIII", que revertido al actual Calendario Gregoriano nos da la fecha de 3 de junio de 1116.

Pocos serán los pueblos que puedan contar, documentalmente datada, con tanta antigüedad.

Muchas veces se dice que los ríos son los cauces de la historia ya que sus orillas han facilitado los desplazamientos y asentamientos habitacionales desde la prehistoria. La Guareña no es, pese a su habitual humilde caudal, una excepción; y si decimos "habitual" lo decimos porque también tiene grandes crecidas en las que sale de madre e inunda vegas y huertas en una gran extensión.

Y hay que insistir una y otra vez: su nombre es La Guareña, no "El Guareña" o "Guareña". Según Menéndez Pidal es la excepción, junto con La Hornija, de hidrónimos femeninos en España, en esta ocasión debido a los caballeros francos que la repoblaron y que bautizaron el río con el nombre del suyo de la Aquitania, Le Garonne. Una particularidad comarcal que hay que defender frente a la ignorancia o la indiferencia por los datos históricos, como atestiguan los carteles informativos de las carreteras en los que se lee "río Guareña"; algo que debería corregirse con urgencia.

Quizás el hecho histórico más importante ocurrido en sus orillas tuvo lugar en julio de 1812, cuando más de 100.000 soldados, 50.000 en cada orilla, hicieron la famosa "Marcha paralela" desde Toro, por parte del ejército aliado anglo-hispano-portugués, al mando del general Wellington, y el invasor ejército francés comandado por el mariscal Auguste Marmont, que terminaría con el enfrentamiento de ambos en la batalla de Los Arapiles, el día 22, cerca de Salamanca, con la derrota de los franceses. Hay que imaginarse a esos dos ejércitos (infantería, caballería, artillería e intendencia), marchando a escasos metros de distancia, separados solo por La Guareña y arrasando a su paso los pueblos que encontraban, violando mujeres y robando víveres y ganados.

De ahí la referencia que se hacía al principio sobre la contribución defensiva de las bodegas y subterráneos, ya que sirvieron para esconder a las mujeres, guardar el trigo y a los animales a buen recaudo e, incluso, tras emborracharlos con el generoso vino, dar buena cuenta de alguna partida de franceses. Buena hora es esta, la de la celebración del noveno centenario, para refrescar esa memoria histórica que por desidia y abandono se ha perdido y volver a rescatar esos túneles y pasadizos que, aun estando presentes en el imaginario colectivo, permanecen en el olvido cuando no han sido enterrados definitivamente. Enhorabuena a los bovedanos por la antigua historia de su pueblo y que vayan marcando esa fecha en el calendario pues nadie debe faltar a los actos que el Ayuntamiento, con su alcalde, Francisco Benito Delgado, a la cabeza están preparando para festejar esos novecientos años de su "patria chica", actos a los que están invitados todos cuantos se quieran acercar ese día a la histórica villa.

(*) Cronista oficial de la villa