Admirable, sin duda alguna, la tarea que de forma callada, en medio de un frenesí de encargos y certámenes, realiza en su día a día el maestro David Rivas. Tengo para mí que ha hecho suya aquella consideración de Friedrich Nietzsche: "Sin música la vida sería un error". Y para no tener que enmendarle la plana a la vida, este toresano internacional lleva a rajatabla un régimen que pasa por las más deliciosas composiciones musicales que le están deparando toda suerte de alegrías. Me atrevería a decir que el quehacer diario de David se escribe en las líneas de un pentagrama, siempre en clave de sol.

David participa en todos los certámenes que, dentro y fuera de España, permiten a compositores de su talla el ejercicio de su saber y su buen hacer. A la realidad le remito. Con su nueva marcha fúnebre "Camino del Sepulcro", dedicada a los cargadores del paso Conducción al Sepulcro, de la Real Cofradía del Santo Entierro, logró quedar finalista en un concurso internacional en Murcia. La marcha, al estar estrenada, no podía optar a premio económico alguno, pero sí optó al premio de la satisfacción y el orgullo que supone estar entre los cinco mejores.

La música nos alegra, nos entristece, nos activa, nos emociona, nos hace bailar, incluso nos pone? La música que compone el maestro Rivas provoca todo eso y mucho más. 2016 puede que se convierta en el año de su consagración definitiva, aunque para aquellos que admiramos y queremos a David es un compositor consagrado desde hace ya muchos años, todos los que van sumando obra en su haber y que empiezan a ser muchos, pero no suficientes para dar rienda suelta al caudal inspirador del maestro. Acaba de ser galardonado con el Segundo Premio del Concurso Internacional de Música para Banda Joven organizado desde Valencia por el Taller de Música Jove. De un total de 24 obras llegadas de países tan distintos y distantes como Colombia, Portugal, Italia y la propia España, su obra se ha alzado con el segundo puesto en la apreciación de expertos, de jurado y de público.

Las marchas de Semana Santa son su fuerte como así lo atestigua el hecho de sus constantes viajes a Toledo, Murcia, Guadalajara, Pontevedra, León y Valladolid promocionando la banda sonora de la Semana de Pasión, las marchas propias y las que recrean otras agrupaciones y que el maestro Rivas dirige con pulcritud y entusiasmo. Y por si fuera poco, Gonzalo Jiménez, secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, le ha encargado la música original que sonará en las dos sedes durante los meses de la exposición. Encargo que se verá completado con la composición para banda de una obra conmemorativa que se estrenará en noviembre, amén de la pieza "Agua", con textos de Daniel Pérez, que estrenará Ainhoa Arteta. Y lo que me dejo en el tintero porque, a ese paso, resulta francamente difícil seguir el ritmo que imprime el imparable David, mi querido maestro David Rivas Domínguez.