Con lo que se agradecen las sonrisas, también en política. Eso tampoco quiere decir que se esté todo el santo día enseñando dientes, como hacen algunos, sobre todo si hay una cámara delante. Hay un tipo, gallego él como Mariano pero sin su bonhomía, que en otro tiempo fue líder del Bloque Nacionalista Galego y ahora es portavoz de Anova. El susodicho se llama Xosé Manuel Beiras y parece tal que estuviera permanentemente cabreado con el mundo, invariablemente enfadado con aquellos que no piensan como él. Con ese rictus de amargura que le caracteriza se ha permitido aconsejar a Sánchez sobre la necesidad de pactar con Podemos y prácticamente ha pedido que se desahucie al Partido Popular y se le declare partido non grato, fuera del marco constitucional. ¡Tiene bemoles!

Este tipo en estado de permanente enfado, solo contento por una razón: el resultado obtenido por sus Mareas que llevan aparejada una buena marejada, se ha explicado en los siguientes términos: "La infantería cívica logró triunfar frente a la artillería del poder político, de la brunete mediática y de la aviación de guerra de la oligarquía financiera". Oyendo estas expresiones y otras por el estilo como que da un poco de miedo. Este tipo parece haber desenterrado el hacha de guerra encomendándose al gran Manitú. Una cosa es contarlo, así, de buen rollito, y otra muy distinta es ver la expresión de Beiras cuando así se habla. Sus palabras son como un parte de guerra. Como el anuncio de lo que puede llegar a pasar si las cosas no salen como él quiere.

Si el tono y las palabras son belicistas, ¿cómo será la actitud? De cualquier forma Beiras tiene que relajarse un poco so pena de que le dé un soponcio o un patatús, porque además tiene dificultades respiratorias y una edad en la que es aconsejable la tranquilidad. Beiras tiene que hacérselo mirar de inmediato. Tanto odio, tanta animadversión hacia todo lo que suena, huela o sepa a PP da qué pensar. No sé si es una paranoia o algo peor. A estas alturas y con los años de democracia que llevamos encima no se puede ni ser sectario, ni emplear ciertos términos que nos retrotraen a épocas que se decían superadas y resulta que nada más lejos.

Los españoles estamos hartos de las nomenclaturas, de la España de izquierdas y de derechas, de la radicalización de la política, de que algunos intenten tomar modelos nada aconsejables, a los españoles nos importa España, la salud, la educación, el bolsillo, las política sociales, la paz, la unidad, la convivencia, la armonía, frente a los que buscan todo lo contrario, gente que está dando una pobre imagen de los territorios en los que su decisión cuenta. No hay seriedad y mucho menos grandeza. No la puede tener un individuo como Beiras que tiene como blanco de sus palabras y de sus insidias a otro gallego como él, pero que no piensa ni actúa como él. Esto es grave.