En el Parlamento actual, Izquierda Unida o Izquierda Plural es el tercer partido en número de votos y el cuarto en escaños. Sin embargo, la democracia representada por el voto real del año 2011 es sustituida a efectos mediáticos por las encuestas que, a su vez, influyen en el voto del día 20.

La conclusión es que en los debates de los medios de comunicación, se excluye a Izquierda Unida, y se invita a los líderes de partidos que como quien dice acaban de nacer, pero con posibilidades de gobierno según una especie de profecía autocumplida.

Las encuestas determinan, además de quién puede gobernar, quién tiene interés mediático. Las estrellas políticas, ¿nacen o se hacen?

Se esgrimen a mayores otras razones, como la falta de interés porque somos de la vieja política, que aún habla de izquierdas y derechas, de capital y trabajo, de sindicato y patronal, de clase obrera? y hasta de clases sociales.

Pero miren -y ahora en serio- cómo nos pueden manipular con las palabras, de la misma manera que lo hicieron los que hablaban durante la dictadura de libertad y libertinaje, para justificar que no hubiera democracia? ni sexo, ni rock and roll.

Vean cómo se puede ser moderno y emergente a nada que adaptemos nuestro caduco lenguaje. Ahí emergen las nuevas palabras, para los viejos camaradas, veteranos porque llevan luchando toda una vida. Imprescindibles.

Empezamos con lo dicho al inicio. Sustituiremos la democracia por las encuestas; la campaña electoral por el Twitter; el contacto con el pueblo por el Skype; el mitin masivo por el "me gusta" del Facebook, y la vieja y caduca democracia ateniense por la ciberdemocracia del Google y las redes sociales.

Cambiaremos viejos conceptos: la derecha por los de arriba; la izquierda, los de abajo; el centro por no sé qué de la centralidad del tablero; pactos por confluencia; programa por argumentario; la ideología por la mochila con lastre.

Y también las viejas palabras del partido para modernizarnos: cuota por microcrédito; donación por "crowdfunding"; organización por círculo; compañero por adscrito; partido por movimiento político social y cívico (eso ya lo hicimos hace años).

Como se cambiaron, en ámbitos sindicales antes: proletario por obrero, primero, y por empleado, después; capitalista por patrón, éste por empresario, y más tarde por emprendedor; huelga por movilización con cartel a la puerta de la empresa, llamada centro de trabajo; salario por retribución económica; tajo por trabajo; parado por desempleado, y hasta sindicatos por centrales.

Y también manifestación por marea, lucha en la calle por el "comparto" en las redes sociales, y el voto personal e intransferible por el "trending topic".

Así que en esta campaña, en lugar de salir a la calle a repartir el panfleto, ¡eso sí que es antiguo!, ya sabéis lo que hay que hacer, compañeros de la izquierda, perdón, gentes de abajo. Colaborad con microcréditos en lugar de pagar la cuota, y en vez de discutir en las asambleas dadle al me gusta y al comparto, para que se conozca tu opinión. El partido se convertirá así en un círculo de debate en las redes sociales y en una democracia radical y desde abajo, que es lo que eres, para acabar con el capitalismo, perdón, los de arriba, y hacer el gobierno de los empleados y desempleados del mundo, antes proletarios o parias.

Y luego, cuando ganemos sus inútiles elecciones a los del sistema, o sea, la casta, será el momento de salir a la calle cantando la Internacional puño en alto -perdón por el lastre de la mochila- quiero decir, palmeando el "sí se puede", para reconocernos.

Quizás así consigamos que "los nada de hoy, todo han de ser".

Votadnos, pues, o mejor, mucho mejor, hacednos "trending topic". ¡Será por modernos!