Empieza a avisar y quien avisa no es traidor. El invierno está al caer. Y aunque su entrada oficial se produce en diciembre, meteorológicamente apunta. Han bajado de forma considerable las mínimas y manos y pies empiezan a quedarse demasiado fríos como para no tomar medidas más allá de guantes y calcetines. Empieza el calvario de miles de familias, de miles de personas económicamente débiles que ven llegar el frío con verdadero pavor. Luz y calefacción están por las nubes sin que el ministro Soria haya hecho nada para remediarlo, y mientras las eléctricas se ponen las botas y nos tratan como a ciudadanos de tercera, hay gente que pasa frío y que se muere de frío en sus casas que en otro tiempo fueron hogares.

Me encanta la iniciativa de Cristina Cifuentes, presidenta de la comunidad de Madrid. Esta señora tiene personalidad, cosa que no se puede decir de los presidentes de muchas autonomías patrias que ni fu ni fa, ni chicha ni limoná. La señora Cifuentes ha dado un paso hacia adelante en su propuesta de garantizar luz y calefacción durante el invierno a los más necesitados. Que son muchos. En Madrid y aquí, en esta Zamora donde muchos se niegan a reconocer la realidad por la que pasan bastantes familias, más de las que nos podemos creer.

Me encanta la iniciativa de la presidenta madrileña que se ha reunido con el ministro de Industria, Energía y Turismo, proponiéndole la creación de un fondo común solidario, cuyas aportaciones corresponderían a la comunidad de Madrid, los ayuntamientos y las empresas de energía. Ahí quería yo ver a muchos de nuestros políticos, arrimando el hombro, dejando de hablar, a veces tonterías, y pasando a la acción, mirando no por el retrovisor, sino de frente a las familias con problemas económicos que habitan en sus municipios, en sus provincias, en sus comunidades autónomas.

No se puede consentir lo que las eléctricas están haciendo un invierno sí y otro también. El importe del recibo de la luz es insoportable para miles de economías familiares. De ahí la importancia de la feliz iniciativa de Cristina Cifuentes. Que las distintas administraciones y las empresas suministradoras aporten dinero para que nadie se quede sin energía durante los meses de invierno. Es una forma de igualdad entre los ciudadanos. Los que no hacen otra cosa que repartir beneficios, ejerciendo la solidaridad con los que ni oficio ni beneficio tienen porque la crisis se los ha llevado por delante.

Lo que el digno ministerio del ministro José Manuel Soria debería haber hecho hace tiempo es impedir la escalada de la energía. Ahora ponen contadores inteligentes que lo son para la cuenta de resultados de la empresa suministradora. Los inventos de las eléctricas suelen ser muy onerosos para la economía de los consumidores y, repito, el ministerio sin decir palabra. El hecho de que vayan a gusto en semejante burra da qué pensar.