Casi al mismo tiempo en que se silenciaba todo lo relativo al Toro de la Vega (oiga, ni una noticia, ni una imagen, ni un debate), prensa, radio, televisión, redes sociales y demás difundían a todo el orbe, galaxias incluidas, las quejas de agricultores y ganaderos zamoranos por los daños causados por la fauna salvaje, que, dicho sea de paso, están contribuyendo a la despoblación del medio rural. Es lo que suele ocurrir cuando se enfocan los problemas con ecuanimidad, objetividad, amplitud de miras y rigor.

Durante días y días, el festejo de Tordesillas ha protagonizado apertura de telediarios, portada de periódicos, reportajes, retransmisiones en directo, manifestaciones, campañas internacionales, polémicas en tertulias, críticas, quejas, discusiones, denuncias y hasta amenazas de muerte contra el alcalde tordesillano, que, según fuentes solventes, no procedían, no, del morlaco. Un extraterrestre recién caído por aquí habría pensado que lo del Toro de la Vega era uno de los dos o tres mayores problemas de España. En cambio, mire usted, llegan unos lobos protegidos atacan un rebaño, se cargan unas cuantas ovejas, dejan heridas a otras, arruinan al pastor y como si no hubiera sucedido nada. Se enteran los del pueblo, cuatro más y la prensa local. Y eso que, quizás, los perjuicios ocasionados lleven al ganadero a abandonar su actividad y, con ello, a sentar las bases para que disminuya la población en ese lugar.

Los lobos matan ovejas, pero los ciervos, los jabalíes, los conejos, etc se cargan muchos cultivos. Los perjuicios suelen ser altos; los cabreos, enormes. Tampoco se habla de ello. Cosas de los de los pueblos; que vayan a comprar los tomates al supermercado, que se los dan brillantes y en bolsas de plástico. Y si a usted se le ocurre protestar y pedir indemnizaciones, lucro cesante y otras hierbas, le pondrán cien pegas, le mandarán al seguro, le exigirán mil papeles, tardarán un siglo en responderle y es probable que, al final, acaben preguntándole si los que le comieron los corderos eran lobos o perros asilvestrados, porque si son los segundos, amigo, no tiene usted pito que tocar. Cuando ve el desenlace de estas historias, uno no puede por menos que recordar una frase del gran Enrique Vázquez: "Tengo para ti malas noticias, pero excelentes explicaciones". Pues eso.

-De modo que no va a quedarnos más remedio que disfrazarnos de lobo o de toro e ir a manifestarnos a la Puerta del Sol . Cuando recibamos el apoyo de los defensores de los animales, ecologistas, medioambientalistas y otras tribus urbanas nos quitamos las caretas y decimos "eh, que somos personas" y, claro, ya no les quedará más remedio que solidarizarse con nosotros, con los cuatro paletos que vamos quedando, propone el señor Cecótido, muy afligido por todo lo que está viendo.

-Tal vez sea mejor mantener todo el rato las máscaras no sea que la liemos y se nos vuelvan en contra. Tú crees que a muchos urbanitas les importa si las aldeas se quedan sin gente o si crecen. Además, estoy convencido de que bastantes de los que protestan no han visto ni lobos ni toros ni jabalíes en su vida, tercia don Escubículo, más negativo que su compañero de charla.

Lo de manifestarse en Madrid disfrazado de alimaña o de semental de Santa Coloma es una novedad. Habría que ponerla en práctica a ver lo que da de sí y para comprobar solidaridades, apoyos, estados de ánimo. Y si fracasa, el siguiente paso será reunir unos cuantos lobos y convencerlos para que sean ellos los que se manifiesten en la capital de España o donde sea pidiendo respeto para los humanos y ayuda para que continúen viviendo en sus pueblos. No será difícil convencerlos porque -pensarán los lobos- si no queda nadie en los pueblos, no habrá ovejas y si no hay ovejas, ¿qué trago yo? O sea, a movilizarse en favor de los hombres y mujeres del campo. ¡Jo, sería una gozada, una "manifa" de lobos frente al Ministerio de Agricultura, ante la sede del Pacma y pidiendo una entrevista con Pedro Sánchez a ver si se compromete a aprobar una ley que proteja a los paisanos similar a la que pondrá en marcha contra el maltrato animal! Lo de la manifestación de toros en Madrid es más complicado. Creerán que los llevas a las Ventas y se liarán a tirar gañafones.

Y de remate una duda. Si al Toro de la Vega lo hubiesen atacado los lobos y él hubiera matado alguno, pero la manada hubiese acabado con el cornúpeta, ¿qué habríamos leído al día siguiente, quién habría maltratado y torturado a quién? Mejor ni pensarlo.