En el anuario del Vaticano de abril de este año daban a conocer los datos oficiales de las cifras de católicos. Actualmente hay 1.254 millones de católicos en todo el mundo -12% por ciento más que en 2005- y representan el 17,7% de la población global. De ellos el 49% vive en Latinoamérica, un 23% en Europa, un 17% en África y el resto en Asia y Oceanía. Una tercera parte de los sacerdotes se encuentra en Europa y una quinta en Latinoamérica, los cardenales son europeos en su mayoría. Mientras las vocaciones sacerdotales disminuyen, aumenta el trabajo de laicos comprometidos. Con este panorama del catolicismo, ha sido estratégico el nombramiento de un papa latinoamericano para nivelar un poco la jerarquía con la realidad del pueblo creyente. América se ha llamado "El continente de la esperanza" para la religión católica y otras comunidades cristianas, las cuales miran estos países como promisorios para su apostolado y el mantenimiento de la población practicante de sus credos. No es de extrañar que un papa latinoamericano tenga una especial sensibilidad por los más pobres y necesitados de su continente. Así lo expresó y demostró en su pasada visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, países reconocidos por su catolicidad y pobreza. El papa Francisco se mostró cercano y amigo de los pobres, enfermos, presos y marginados, sus discursos eran claramente comprometidos, haciendo una llamada a los ricos a respetar los derechos de los más pobres, a su vez, al papa lo ven como un aliado al que se le pueden pedir favores e intermediaciones diplomáticas, como abogar por los presos políticos en Venezuela, mediar en los discursos de la Habana sobre la paz en Colombia, aprovechando su visita a Cuba de septiembre, o servir de árbitro en la petición de Bolivia para obtener una salida al mar. (Petición que algunos miembros de la Comisión nombrada para tal fin, por el Senado Boliviano, le pedimos al cardenal Rodríguez Madariaga que fuera introducida en la agenda del papa Francisco).

La figura del pastor que tradicionalmente se ha asignado a los obispos es muy representativa del quehacer apostólico del papa Francisco, quien señaló en un Ángelus de días pasados que los tres verbos del pastor son: ver, tener compasión y enseñar, y dejó como conclusión de su visita a Suramérica que la misión fundamental de la Iglesia es el servicio. El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Santiago de Chile, cardenal Ricardo Ezzati, respaldó al papa Francisco tras su exhortación al diálogo respecto al pedido de Bolivia para tener una salida al mar. El purpurado hizo referencia a las declaraciones que hizo el santo padre en la rueda de prensa en el vuelo de regreso de Asunción a Roma, cuando dijo que se debe dialogar y que "no es injusto plantearse una cosa de ese tipo, ese anhelo" de la salida al mar. El cardenal Ezzati, que estuvo en Bolivia durante la visita del pontífice, dijo al respecto que "el diálogo debe conducir a la verdad. Y hay verdades históricas-objetivas que no se pueden olvidar cuando se dialoga. Por consiguiente, las declaraciones del santo padre me parecen muy justas y adecuadas a lo que es un pastor y no un político". El cardenal Ezzati señaló que "los países cercanos están llamados a construirse en el diálogo, no levantando muros", y recordó además que en la encíclica "Laudato si" del papa Francisco, donde explica que el diálogo es uno de los ejes principales de la sociedad y resaltó que "la Iglesia no impone a nadie su verdad, la propone como bien, como un valor y dialoga". Cuando existen implicancias éticas -el diálogo- naturalmente viene de la búsqueda sincera de la verdad y el respeto mutuo. Sobre una posible mediación papal, el cardenal reiteró lo dicho por el pontífice y dijo que "el recurso a una mediación es siempre un último camino y sometido a lo que los países pidan".