Como es bien sabido, desde la mitad de marzo 2011 una guerra fratricida está asolando Siria, con dos facciones opuestas, en pro y en contra del presidente al que la oposición quiere derrocar.

Desde el inicio se ha pensado que solamente un diálogo político puede solucionar el conflicto. Y la confusión del inicio persiste aún. Las dos fracciones se atacan, cometen crímenes y se acusan mutuamente: que la otra parte quebranta los derechos humanos. El problema se ha agravado con la injerencia de un sinnúmero de combatientes mercenarios de todas las partes del mundo a favor de la oposición, y que actúan con un caché de islamistas. Incluso se encuentran muchos españoles de Ceuta, parece que la ciudad autónoma es un buen arsenal de salafitas. Entre estos se encuentra un exmilitar, Luis Munar, que vino a Turquía como instructor de la oposición, y así ayuda a matar a más gente y mejor, en vez de trabajar por la paz y el diálogo. Si el señor Luis hubiera vivido en Siria y hubiera visto lo que la oposición ha hecho, no hubiera venido a prestar sus buenos oficios mortíferos.

Es también de sobra conocido que la guerra de Siria es un conflicto de religión al interior del Islam: sunitas contra chiitas y alawitas que detentan el poder en Siria desde hace casi 45 años. En los años 1980 ya hubo un levantamiento de los Hermanos Musulmanes en la ciudad de Hama contra Hafez Al Asad, movimiento que fue aplastado por Refaat Assad, tío de Bashar y que hoy vive en Marbella. Desde entonces los Hermanos Musulmanes pretenden vengar la derrota, y han ido preparando la revancha con la ayuda de las monarquías de los Emiratos Árabes, cuyos intereses por implantar regímenes islámicos puros (para Siria), ha sido una constante desde entonces. Turquía se ha puesto en esta línea, la cual ha visto el momento oportuno para guiar el mundo islámico, recobrar el prestigio del perdido califato osmán, y tantos otros beneficios económicos concomitantes. Una cosa es bien clara, que Turquía ha tenido una responsabilidad muy grande en todos los crímenes cometidos en Siria, en vez de obrar por la paz, ha acogido a los rebeldes, les ha dado cobijo y medios para resistir y asaltar. Últimamente, no sé con qué derecho, ha nombrado un ministro plenipotenciario para los refugiados que provienen de los territorios sirios y para que gobierne esos territorios donde se ha declarado el gobierno de la oposición. Y otra parte importante en este conflicto la tiene también Israel, con sus servicios secretos y tecnología. Pero causa maravilla cómo Israel ayuda a Al Qaeda para atacar a Siria, siendo tradicionalmente Israel y Al Qaeda enemigos irreconciliables.

A mediados de noviembre hubo en la ciudad de Doha una reunión de ministros de Exteriores de las naciones que apoyan a la oposición siria, para dar a esta un gobierno en el exilio y que en caso que arrebaten el poder, este gobierno de la oposición tomaría automáticamente las riendas del mando. Pero se exige ya a este gobierno del exilio ciertos requisitos y condiciones. Cuesta creer cómo la Europa democrática (y concretamente Francia) lo reconocieron enseguida como el gobierno legítimo de Siria sin hacer las más mínimas observaciones, contradiciendo el parecer general que respeta los estados como soberanos, defendiendo que el poder reside en el pueblo, y sus gobiernos legítimos deberán salir de las urnas y no de los ministros extranjeros sean quienes sean. Nos recuerdan aquellas reuniones de ministros de las potencias europeas que se reunían para dividirse entre ellos las colonias, como si se tratara de un pastel. ¿Dónde están las democracias que las monarquías musulmanas de los Emiratos Árabes pretenden imponer a Siria, cuando sus naciones carecen de las más fundamentales bases de democracia, son monarquías absolutistas, tiránicas, de regímenes anticuados, solamente les interesan imponer la ley islámica a los demás, habiendo fundado en todas partes núcleos de Al Qaeda, que ni siquiera ellos mismos lo quieren para sus naciones, y que solamente les importa vivir bien y cómodos. Parece contradictorio cómo la Europa del siglo XXI (Francia) defiende a estos grupos terroristas, Al Qaeda, asesinos, que les ayudan económicamente para luchar contra Bashar Al Assad, y luego los combaten en Mali.

La oposición, que quiere refundar un nuevo pueblo sirio, ha destruido todo lo que ha podido de provecho popular como son los hornos de pan, las centrales eléctricas y demás servicios públicos, dejando poblaciones como Alepo en la más grande miseria. En Moharde, ciudad cristiana rum-ortodoxa del centro-siria, la oposición destruyó una central eléctrica y uno de ellos escribió «para nosotros es mejor quedarse sin la luz de Bashar, porque la luz del profeta Mohamad nos es suficiente». Esto y otros hechos semejantes nos prueban que la oposición quiere implantar un Islam al estilo de Al Qaeda, que se encara a la cultura, como es el caso de los talibanes de Afganistán que destruyeron las históricas estatuas de Buda; nos recuerda igualmente lo que se dice cuando el Islam conquistó Alejandría de Egipto en el 638 ante la monumental biblioteca de los Tolomeos: «todos estos libros o van con el Corán o contra el Corán, por lo tanto hay que quemarlos todos». Lo cierto es que la experiencia de los territorios sirios que la oposición ha ocupado y gobierna, nos muestran escenas de robos, destrucciones, secuestros, modos de hablar que indican un retraso social a épocas anteriores que se creía que no volverían a darse más en Siria... y esta sociedad es la que las potencias europeas quieren implantar en Siria.

Muchos crímenes se han cometido durante estos dos largos años del conflicto. Llama la atención cómo la mayoría de las noticias difundidas en Europa y en América son, según la versión de la oposición, noticias recogidas, inventadas y tergiversadas por Al Jazira, la emisora de Qatar. Las emisoras mundiales las han transmitido tal como las ha difundido el Emirato sin hacer ninguna crítica. Nos consta que varias veces estas noticias no solamente son erróneas sino que son un montaje de falsedades, inventadas, y hasta algunas fueron difundidas así por la agencia internacional Reuters. Aquí en Siria, no se creen las noticias que proceden de Europa. Se recuerda muy bien el plan preparado hasta por las autoridades religiosas musulmanas del Emirato citado, al inicio del verano de 2011. He aquí los consejos que daban a la oposición: «comenzamos la segunda etapa de la lucha, entrad en las casas y degollad a todos los que encontréis, hombres, mujeres, ancianos y niños, matad a todos, y si es necesario arrojarlos por las ventanas (sic). Después de haberlos ejecutado, eso sí, vestidos de militares del ejército regular, sacar fotos y decir que fue el ejército quien cometió tales delitos...». Ante estas incitaciones, cuando mutuamente se acusan los dos bandos, inmediatamente se cree que han sido cometidos por la oposición. Y algo parecido con las armas químicas, de las que todos los gobiernos de occidente han hablado y siguen hablando. La oposición las ha usado, y de un modo especial en los varios atentados en Jermana desde agosto hasta hoy. Armas mortíferas, que carbonizan a las víctimas, y nadie mundialmente ha protestado... y lo sabían. Para terminar este párrafo se citan los dos atentados de Alepo de hace apenas diez días que causaron centenares de muertos, especialmente universitarios. Entre ellos se encuentra una religiosa, Dorotea, que quedó destrozada y fue enterrada en una fosa común sin poder ser identificada. Algunos de los cadáveres aparecieron completamente carbonizados. Otros horrendos crímenes fueron los cometidos en los alrededores de Alepo. Sistemáticamente asesinaron a un innombrable número de personas usando cuchillos improvisados de lata, para provocar más sufrimiento.

El día 6 de enero, el presidente Bashar hizo un discurso a la nación y, entre otros temas, dijo que están ahí para defender Siria de las agresiones externas de los no sirios. Y como novedad expuso que él y su gobierno están dispuestos a tener un diálogo abierto y sincero con la oposición, con los sirios de la oposición, y que está dispuesto a redactar una nueva Constitución, partidos democráticos y elecciones libres y democráticas para el 2014. Está dispuesto a un diálogo general dentro del pueblo sirio, pero que sea dirigido bajo el patronato de las grandes potencias Rusia y América.

La gente está cansada de tantos sufrimientos y carencias. El miedo a los atentados imprevistos les acompaña por doquier y lo que desean es la paz y la seguridad. Lo que a la sociedad siria le aterra es la sospecha de dos situaciones principalmente, una que les implanten un régimen islámico con la Sharia como base, y la segunda que conviertan Siria en un nuevo Irak, donde después de tantos sufrimientos aún no ha llegado la paz y cada poco se cometen atentados matando a mucha gente inocente. Que el dialogo vaya adelante cueste lo que cueste y que cada grupo lime sus posiciones: el resultado será benéfico para toda la sociedad siria. Así, se espera que la nueva Administración americana y Rusia puedan llegar a implantar la paz en Siria.