Bueno, pues tranquilos todos que dicen en Valladolid que ya no va a haber más subidas de impuestos, al menos por lo que a Castilla y León se refiere. Es lo que ha anunciado, a falta de algo mejor que anunciar, el consejero y portavoz, De Santiago-Juárez, que según aseguran algunos por la capital de la comunidad se ha hecho por méritos propios el amo de la Junta. Acaban de subirnos la gasolina cinco céntimos por litro -para la sanidad, afirman- pero ya no habrá más, si les hemos de creer, que ese es el quid de la cuestión. Además, el portavoz ha matizado que las gasolineras han aprovechado la coyuntura para subir por su cuenta los precios de los carburantes, algo contra lo que nada se puede hacer dada la libertad existente de mercado. Lo que, por supuesto, han negado los dueños de las gasolineras.

En fin, que marzo ha traído consigo la reducción de los sueldos y pensiones por la subida del impuesto de la renta y encima, en la región, para acabar de completar el panorama han subido el precio de los derivados del petróleo. Que, en diez años, se ha incrementado en un 100%. Así, no es de extrañar que según un estudio de la OCU los españoles han reducido sensiblemente el consumo en productos no básicos, sobre todo los de ocio, que ha disminuido hasta el 70 por ciento, y que el número de coches que circula por ciudades y carreteras es menor para evitar gastos. A la fuerza. Y encima, según están las cosas, reforma laboral incluida, la gente busca ahorrar algo como sea, por si empeora la situación, que según la ley de Murphy ya se sabe que es algo más que posible, seguro.

Por lo pronto ahí están los datos del paro, los terribles datos del paro, que sigue aumentando sin parar y que anda ya por los 4,7 millones de personas. Y previéndose que este año se perderán más de 600.000 empleos. Cierto es que existe una economía sumergida que rebaja estos números, pero aun así es inasumible por completo. Menos mal que los españoles ya no hacen caso para nada de sus políticos ni les creen en absoluto cuando desgranan promesas y proyectos electorales. Cuando se ha votado masivamente al PP tras el desastre de Zapatero se sabía de sobra que las cosas iban a seguir poco más o menos igual que estaban pero el sacrificio se aceptaba, concediendo un generoso margen de confianza a Rajoy y a los suyos que han recibido, ciertamente, la más dura herencia. Y es que del aumento del paro no se ha librado nadie y el número de desempleados en Castilla y León supera ya los 225.000, con las nueve provincias aumentando el número de sus parados. Más, claro, las que más industrias tienen, o sea Valladolid y Burgos, y menos las de menos trabajadores, o sea Zamora, que pese a ello cuenta ya con 295 parados más, lo que significa un total que supera los 17.000 inscritos en las oficinas del Inem.

El Gobierno intenta transmitir seguridad siguiendo con los recortes presupuestarios a los que obliga Bruselas. Pero los datos son los que son -el déficit de este año se prevé no del 4,4 sino del 5,8- y la confianza de la gente en el nuevo Gobierno que era hace un mes del 51 por ciento ha caído ya 11 puntos, mientras la primavera caliente empieza a estallar en las calles.