Parece que, una vez finalizado el periodo electoral, la normalidad de la inseguridad laboral/social/ cultural/económica vuelve a cohabitar entre nosotros aquí, en el Oeste de la aún España Nación,

Ya no es preciso en Zamora (la Muy Noble y Muy Leal ciudad) seguir proponiendo la realización de la ronda Oeste, el nuevo cuartel para la guardia civil o el centro de interpretación de la semana santa, eso fue el tránsito electoral y ahora ya estamos en la normalidad, en esa normalidad de los casi 2.000 habitantes que se nos van cada año de la provincia y en ese premio electoral a todas y cada una de las administraciones que, según dicen ellas, la gestionan.

Hoy en Zamora tenemos menos gente que ayer y, seguramente, más que mañana. Y llevamos mucho tiempo en esta situación.

Fue en 1199 cuando en el lugar de Valparaíso, en esas estribaciones que pueden ser divisorias de las cuencas de los ríos Duero y Tormes, donde nació el infante leonés Fernando, hijo del zamorano Alfonso IX y de Berenguela Alfónsez que, en nuestro criterio, tanta importancia tendría después.

El Papa Inocencio III declaró nulo (alegando el parentesco de los cónyuges) en 1204 el matrimonio de sus padres, pero tal hecho no fue óbice para que este infante leonés progresara en su formación, en tierras gallegas de la retaguardia de la Corona Leonesa y en el conocimiento territorial de la misma.

Precisamente hemos recordado, desde las páginas de La Opinión-El Correo de Zamora (en plena efervescencia electoral 9-5-2011), como la consagración de la Catedral de Santiago de Compostela (con ocasión del VIII Centenario de la misma) fue presidida en el año 1211, en la representación civil, por el Rey Alfonso IX y su hijo el infante leonés Fernando.

Ahora en la festividad de San Fernando, que para nuestra familia trae recuerdos entrañables, volvemos a poner en valor la presencia de este magnífico soberano leonés que tanto y tan bien hizo en la Edad Media y como, desde la Corona Leonesa, engrandeció los espacios territoriales que recibió de sus progenitores.

Córdoba y Sevilla, dos de las poblaciones más paradigmáticas del Al-Andalus, fueron conquistadas por el leonés Fernando III al frente de tropas de la Corona Leonesa., hoy día aun recuerda la primera ciudad esa presencia leonesa en tales momentos del año 1236, con el escudo heráldico de su ciudad (un león rampante en actitud de ataque), anécdota que he recordado a nuestra familia cordobesa, y la segunda, desde aquellos días de 1248, con la puerta de León (que es una imagen turísticamente muy divulgada) .

Valparaíso (Peleas de Arriba) puede ser un pequeño lugar de nuestra geografía próxima, pero es, sin duda alguna, el gran lugar donde nació Fernando III. ¡Es nuestro lugar!