Ya estamos. Apenas acaba de iniciarse el curso político y desde los Ayuntamientos empieza a surgir el rumrum de las subidas de tasas y tributos. Lo más curioso, es que de donde surgen los primeros rumores y los primeros anuncios al respecto es de los Consistorios que gobierna el PP. El partido de la derecha critica dura y constantemente los incrementos de los impuestos del Gobierno del PSOE y anuncia a bombo y platillo que cuando ellos gobiernen congelarán los impuestos y no los sueldos, pero la realidad no es esa precisamente ni siquiera ahora mismo, o sea como para creerlos, a ellos y a cualquier otro político, sean del partido que sean.

En Madrid, por ejemplo, ya se han producido algunos aumentos de precios en servicios públicos tanto municipales como de la comunidad, pero ha sido en la vecina Valladolid, capital de la región, donde su alcalde, Javier León de la Riva, ha anunciado ya, al día siguiente de concluir las ferias y fiestas de la ciudad, un incremento de casi el dos por ciento, el 1,8 exactamente en todos los impuestos, salvo en los aparcamientos de la ORA, que por cierto, son bastante caros. No se sabe si en este caso y con respecto a Zamora se podrá aplicar eso de las barbas del vecino pero el dato resulta inquietante, aunque parezca que la subida no es mucha y se mantiene en los límites de la discreción.

Es muy polémico el alcalde vallisoletano, que lleva quince años subido en el machito del poder y siempre con holgadas mayorías que le convierten en el amo. Es uno de los regidores que más y más duras confrontaciones de todo tipo ha protagonizado pero al que también se reconocen méritos como la remodelación del casco antiguo vallisoletano y las importantes obras públicas efectuadas por el Ayuntamiento bajo su mandato. Es político que no se corta, además, y por ejemplo cuando no han faltado los izquierdistas resentidos que pedían que se retirase a Valladolid la cruz laureada de san Fernando, les ha respondido que si la máxima condecoración militar concedida durante la guerra civil fuese retirada, él mismo solicitaría al Ejército que volviese a conceder la distinción a la muy noble, heroica y laureada ciudad. Si vuelve a ser candidato volverá a ganar de calle.

Pese a la subida de impuestos que ya ha puesto de uñas al vecindario. Porque será poco, pero es más que lo que les van a subir el año próximo a los funcionarios y a los pensionistas, nada de nada, y a saber lo que les suben los sueldos a los demás, con lo cual lo que aumentará será la pérdida del poder adquisitivo con todo lo que ello conlleva, como el descenso del consumo y su repercusión en las empresas. Pero no vean como han justificado desde el Ayuntamiento vallisoletano el incremento anunciado: asegurando el concejal de economía que al fin y al cabo la recesión ya había pasado. Y los demás sin enterarnos apenas, porque desde el PP, un día sí y otro también, lo que se dice es precisamente todo lo contrario: que la situación está peor que nunca, que el Gobierno no puede con la crisis, etcétera. Que es lo que piensa igualmente la mayoría de la gente. ¿En qué quedamos? En que van a subir las tasas.