Con el nuevo formato de la Eurocopa, que permite la clasificación para octavos de final de tres de las cuatro selecciones de cada grupo, el primer partido ya no tiene la trascendencia de otras veces. Hay margen para la rectificación, aunque en el caso de la selección española el estreno frente a la República Checa tiene una connotación especial. Porque los de Del Bosque defienden el trono que ocupan desde 2008 y en los últimos días la concentración española se ha visto sacudida por la onda expansiva del escándalo que afecta a De Gea. El técnico y los jugadores han intentado dar imagen de normalidad, pero todo depende de lo que ocurra hoy, empezando por la tablilla de las alineaciones. Hace unos días parecía consumado el relevo en la portería española, pero Del Bosque ha decidido mantener la incertidumbre hasta el final. Los otros diez parecen decididos.

Sergio Ramos e Iniesta estarán seguro en el once inicial de España. Su elección ayer para comparecer en rueda de prensa es la evidencia de que llega lo serio. Y da una pista sobre las intenciones de Del Bosque para la portería. La federación buscó dos pesos pesados para sostener el discurso oficial y niguno de ellos fue Casillas, el primer capitán. Ramos se remitió a las declaraciones del guardameta y que el ambiente en la selección es tan bueno como siempre. "No creo que la polémica haya servido para unirnos más porque siempre he presumido del buen ambiente en la selección", dijo. "Ahora el grupo tiene que apoyar al jugador que pasa por esa situación extradeportiva", añadió el defensa del Real Madrid.