La Plaza Mayor de Benavente se convirtió en Plaza de Gloria tras el Encuentro de la Santísima Virgen con Cristo Resucitado. La ceremonia de la caída del manto, seguida por una multitud tras un perímetro vallado, arrancó los aplausos de la gente mientras niños vestidos con túnicas blancas y cíngulos azules de seda lanzaban flores blancas al aire y ayudaban a arrancar el vuelo a varias palomas hasta ese momento cautivas en cajas de cartón.

La procesión del Domingo de Resurrección abre el periodo de pascua y pone fin a una semana benaventana de pasión marcada por el buen tiempo. Solo la lluvia hizo acto de presencia el sábado, jornada sin actos procesionales en Benavente. Ninguna cofradía de las cuatro locales se ha quedado este año sin poder procesionar y el buen tiempo ha imperado.

El domingo de Pascua amaneció soleado pero con nubes y con temperaturas moderadas. A las 12.30 horas Santa María la Mayor acogió la Misa de Gloria. Una hora después los cofrades de hermandades del Santo Entierro y la Santa Vera Cruz sacaron a la Virgen a la calle e iniciaron la comitiva procesional adentrándose en la calle la Rúa precedidos de la muchachada, los cofrades con vara pero sin túnica.

La Plaza Mayor, el corazón de la última procesión de cada Semana Santa, había sido vallada dejando un enorme espacio ovalado en su interior con acceso desde la calle Carnicería y hacia San Juan. Tras las vallas, sin espacio, la ciudad ponía la vista en la llegada de la procesión. Por el acceso de Carnicerías llegó el palio blanco y dorado de la Virgen de las Angustias, enlutada; desde San Juan entró Cristo Resucitado cargado por mujeres. La Virgen realizó tres venias y dejó caer el manto negro. Cristo Resucitado se aproximó haciendo otro tanto.

Centenares de personas siguieron la que probablemente sea la procesión de la Semana Santa de Benavente que más concurrencia alcanza todos los años. Tras el encuentro, los dos pasos precedidos por una veintena de niños y separados por la Banda de Música tomaron rumbo hacia la ermita de la Soledad por la Encomienda y la calle Santa Cruz, desde donde la Pasión revivirá dentro de un año.