Tranquilos. Después del desastre en Roma, no nos quedaremos sin cenar. Vivimos en una época futbolística tan rara que da la impresión de que una temporada que no termine con un triplete en el bolsillo es una temporada tirada a la basura. Por eso nos quieren convencer de que batir el récord de imbatibilidad en la Liga, disputar de nuevo la final de Copa y haber convertido al Real Madrid en un club irrelevante en España (su única contribución al campeonato de Liga es la decisión de Zidane de no hacer en ningún caso el pasillo al Barça en el Camp Nou) no tiene importancia porque, sin triplete, no hay rock and roll. Pues no.

La teoría del segundo mejor dice que si una de las condiciones de un modelo óptimo no es alcanzable, las demás variables antes consideradas óptimas pueden dejar de serlo. Por ejemplo, si mi cena favorita consiste en un filete con pimientos y patatas fritas pero resulta que no tengo filete porque se lo comió el perro en un descuido, mi segunda opción de cena ideal no tiene por qué incluir los pimientos y las patatas fritas porque, a falta de filete, puede que mi segunda cena ideal sea un pescado al horno con cebolla y ensalada. Admitamos que la cena ideal de un culé consiste en una Liga de Campeones acompañada por un campeonato de Liga y un título de Copa. Si una derrota en Roma en cuartos de final de Liga de Campeones nos deja sin cena ideal, la teoría del segundo mejor dice que las demás variables (el campeonato de Liga y el título de Copa) antes consideradas óptimas pueden dejar de serlo porque, sin Liga de Campeones, es posible que la cena ideal no incluya la Liga y la Copa, sino la derrota del Madrid en semifinales y el sexto Balón de Oro para Messi. No es así. En fútbol, la teoría del segundo mejor no tiene sentido porque, a falta de filete, nos comeremos los pimientos y las patatas y cenaremos de maravilla. Es más, cuando el Madrid ganaba Ligas con cierta regularidad, nos decían que el título más importante de la temporada es la Liga, porque es el tornero de la regularidad. Puede que la Liga sea el filete de la cena ideal, entonces, y la Liga de Campeones las patatas que acompañan a un título que algunos, esos que dicen que nunca se rinden, dejaron de disputar mucho antes de Navidad.

Esta temporada cenaremos bien. Eso sí, el menú no incluirá una pizza.