No pudo ayer Nacho Merino celebrar una victoria en su primer partido como técnico de un Caja Rural al que, pese a caer (1-2) frente al Rayo Vallecano B, pareció sentarle bien el cambio en su banquillo.

Con un esquema clásico, orden atrás y voluntad por crear juego, las zamoranas dieron muestras ayer de un cambio en su actitud y en su estilo. Una evolución que durante muchos minutos fue suficiente para frenar al tercer clasificado, cuya eficacia decantó el envite.

La primera ocasión seria del duelo la tuvieron las locales pero, a reglón seguido, su rival se hizo con el dominio de la contienda y comenzó a rondar la portería de Sara. La guardameta resolvió un par de acciones con acierto pero, en el minuto 19, un mal despeje de la defensa tras un saque de esquina permitía una segunda jugada con remate a la red de Ylenia para adelantar al Rayo Vallecano B.

El gol hizo algo de mella en el Caja Rural, que dejó de pisar con frecuencia el campo rival para defenderse con uñas y dientes ante un rival crecido. Por fortuna, ese esfuerzo tuvo su recompensa y, en una rápida contra, llegó el empate. El 1-1 nació en los pies de Cris, que inicio una jugada vertical enlazando con el medio y este con Bea quien, ante la imposibilidad de acercarse a puerta por la presión de la defensa madrileña, disparó desde 25 metros sorprendiendo a la meta visitante por alto.

El golazo del empate dio alas al Caja Rural que, desde ese momento, tomó las riendas del envite. Eso sí, no pudo certificar su mejoría con un tanto que culminara la remontada. Ni siquiera al inicio de la segunda mitad cuando acumuló varias jugadas de peligro en un par de saques de esquina y una falta botada por Patri a la que no llegó por un pelo Blanca.

El Rayo B parecía asequible pero, en su única jugada trenzada del segundo tiempo, hizo el 1-2 con un cabezazo de Alicia tras una salida a destiempo de Sara. Un gol que un fatigado y mermado Caja Rural fue incapaz de contrarrestar pese a que Cynthia y Bea tuvieron opciones en un igualado y acelerado final de partido.