La selección española de balonmano tratará de sumar hoy (20:45 horas) ante Macedonia la primera de las dos victorias que necesita para concluir la primera fase como líder del grupo B, una posición que tendría como premio evitar a Francia, la máxima favorita para el oro, hasta una hipotética final.

Un durísimo partido que dará comienzo a la auténtica prueba de fuerza a la que se someterá el conjunto español en los próximos días, que apenas veinticuatro horas después de enfrentarse con Macedonio deberá medirse con otro rival del máximo nivel como Eslovenia.

Un esfuerzo físico que el seleccionador español tratará de aliviar, tal y como dejó entrever, con la incorporación del central Raúl Entrerríos, que se quedó fuera del equipo en los tres primeros partidos a causa de una distensión en el aductor largo de la pierna izquierda. No obstante, Jordi Ribera no decidirá hasta el último momento si inscribe o no para el partido al capitán español..

La exigencia física no será, sin embargo, el único problema que deberá solventar el conjunto español ante una selección macedonia que cuenta entre sus filas con uno de los más reputados cañoneros del panorama internacional, el lateral Kiril Lazarov.

El jugador del Barcelona, que llega al partido como máximo goleador del torneo con un total de 31 tantos, aglutina, tanto para bien como para mal, todo el juego ofensivo del conjunto balcánico.

Un arma de doble filo, ya que como ocurrió en la primera parte del partido ante Eslovenia, una mala actuación de su estrella merma notablemente las opciones de victoria de los macedonios.

Aunque por encima del poderoso brazo de Lazarov, la principal preocupación del conjunto español en defensa será adaptarse a la superioridad numérica de la que gozará Macedonia en cada ataque, que al igual que en los partidos precedentes volverá a jugar los sesenta minutos con siete jugadores de campo en ataque. Circunstancia que obligará a multiplicar su actividad a la defensa española.