Chris Froome (Sky), Alberto Contador (Tinkoff) y Nairo Quintana (Movistar), los favoritos iniciales del Tour de Francia, vuelven a encontrarse con aires de revancha en la 71ª edición de la Vuelta a España que mañana arranca con una contrarreloj por equipos junto al Balneario de Laias (Orense). Una edición especial para Zamora, ya no solo por el hecho de ser parte del recorrido con la llegada de la séptima etapa a Puebla de Sanabria el próximo viernes, sino también por la presencia en el pelotón del joven Jaime Rosón, quien correrá bajo los colores del Caja Rural - RGA Seguros buscando alguna sobresalir una vez más entre los mejores ciclistas mundiales.

Rosón contará frente a él con unos adversarios de lujo y un recorrido que incluye nada menos que diez llegadas en alto, fiel al estilo de aportar emoción hasta el último metro. Un trazado que trata de encontrar una reedición del histórico final de 2015, esta vez con muchas cuentas pendientes entre los candidatos.

Mientras Froome, triple ganador del Tour, pretende sacarse su espina clavada con La Vuelta tras los segundos puestos de 2011 y 2014, otros deben justificar toda una temporada. Son los casos de Contador, retirado del Tour lesionado; y de Quintana, dispuesto a borrar la sensación de impotencia mostrada en julio.

La Vuelta será un examen no solo para los tres grandes candidatos, sino para otros muchos corredores que aportarán alicientes en las batallas diarias, como Esteban Chaves y Miguel Ángel López, dos de los más llamativos.

También tratará de ser protagonista el incombustible Alejandro Valverde, que asume el reto personal de terminar las tres grandes del año en el "top ten". El murciano, de 36 años, luchará por una etapa, como otro ilustre veterano, Samuel Sánchez, con los galones del BMC a los 38. Además estarán en liza el holandésKruijswick (Lotto Jumbo), quien perdió el Giro por una caída y los franceses Barguil (Giant) y Peraud (Ag2r). Una lista de candidatos a una victoria de etapa en la que también podría incluirse al zamorano Jaime Rosón, dadas sus cualidades para la montaña. Y es que, esta es una ronda para escaladores.

Diez jornadas en alto pensadas para que la general se decida en ellas y, a la vez, haya opción para sorpresas y diferentes candidatos al triunfo cada día. Que las fuerzas flaqueen y se den sorpresas. Un guión en el que las grandes novedades estarán en la meta francesa del Ausbisque, final de la "etapa Tour" de esta edición y en el inédito Mas de la Costa, en Castellón, ascenso que promete pasar a la historia como antes lo hicieron La Camperona o el Cuitu Negru.

En la primera semana la Vuelta recorrerá las cuatro provincias gallegas en ambiente de balneario y de veraneo. La primera etapa en línea entre Orense y Baiona dará pista a los escasos velocistas que acuden a la Vulta y precederá al primer aliciente de la ronda, el Mirador de Ézaro, lugar espectacular estrenado por "Purito" Rodríguez en 2012.

Tras su paso por Galicia la Vuelta entra en la provincia de Zamora. Será el día 26 de agosto y lo hará con una etapa de 158 kilómetros con meta en la Puebla de Sanabria. Un terreno que Rosón conoce bien y que podría serle propicio si llega a los metros finales en buenas posiciónes. Como también podrían serlo, al día siguiente, las rampas de La Camperona, en León, con 3 kms al 13 por ciento de pendiente media.

Ahí se inicia una traca de cuatro finales entre Asturias y Cantabria, con el Naranco, Lagos de Covadonga y Peña Cabarga. El País Vasco revivirá la inolvidable etapa de 2011 con el triunfo de Igor Antón en Bilbao y después llegará la jornada más larga, de 212 kilómetros entre la capital de Vizcaya y Urdax-Dantxarinea, en Navarra, a un paso de la frontera con Francia.

El Aubisque (16 kms al 7 por ciento), en territorio francés, hará un guiño al Tour y a su empresa organizadora, ASO. Una jornada de la "grande boucle", con 4 puertos, tres de primeras y uno de categoría especial. Por primera vez la ronda española corona el Aubisque.

La última semana promete ser no apta para cardíacos. Javier Guillén, director de la Vuelta, ilumina los ojos al hablar de la cima de Más de la Costa, en Castellón, una subida de 4 kilómetros con rampas del 23 por ciento "que hará historia".

El maillot rojo se terminará de discutir con el reloj y la montaña como testigos. A tres días de llegar a Madrid la cronometrada de 39 kilómetros en Calpe puede resultara decisiva. Y si no, el Alto de Aitana puede guardar las sorpresas en sus 22 kilómetros de subida que salvarán un desnivel de 1.280 metros, a una media del 5,7 por ciento en la penúltima jornada. De Aitana a Cibeles. Allí, junto a la Diosa que simboliza a la capital, será aclamado el sucesor de Aru en el palmarés de la Vuelta.