Al Barcelona le toca cambiar el "chip". Se encargó de recordarlo su entrenador, Luis Enrique, en vísperas del partido frente al Roma que puede confirmar al equipo azulgrana como líder de su grupo en la Liga de Campeones. "No hemos conseguido nada", recalcó el técnico asturiano como vacuna contra el exceso de confianza tras la contundente victoria en el clásico del sábado. Todo le llega de cara al Barça, que recuperará hoy de inicio su tridente de ataque, ya con leo Messi, y solo lamenta la baja de Javier Mascherano.

"El elogio debilita", insistió Luis Enrique como mensaje para el entorno, ya que está convencido de que de puertas adentro las alabanzas no supondrán ningún problema: "El equipo es suficientemente inteligente para saber la dificultad que tiene jugar al fútbol y lo difícil que es conseguir los objetivos. La temporada va a presentar muchas dificultades". Y eso que, al margen del buen momento en la Liga y en Europa, las perspectivas de futuro no pueden ser más optimistas, con la vuelta de Messi y la próxima incorporación de Arda Turan y Aleis Vidal.

"Hay muchas cosas que mejorar", insistió Luis Enrique. "El sábado estuvimos a un nivel altísimo de presión, pero en el inicio del segundo tiempo bajó. Se puede mejorar la posesión, la efectividad, la defensa en repliegue. Que el partido acabara como acabó no quiere decir que no se puedan mejorar aspectos". Para ello contará con la ayuda de Messi, del que dijo que "se ha metido en dinámica de grupo y ahora tiene que recuperar el ritmo y el tono físico jugando minutos".

Aunque Ter Stegen es el portero habitual en la Liga de Campeones, Luis Enrique dejó la duda de un posible cambio al hablar de la brillante actuación de Bravo en el Bernabéu. "Podría hacerme recapacitar por un cambio en la portería". También se animó a individualizar cuando le preguntaron por Neymar: "Es un jugador totalmente identificado con los colores del Barça, que trae alegría y otras cosas positivas que desde siempre le han ido muy bien al club".

El Roma del francés Rudi García viajó a Barcelona sin el marfileño Gervinho ni el egipcio Salah, ambos ausentes por lesión, y con la necesidad de defender su segunda plaza, que le valdría el pase a octavos. Sus posibles sustitutos serán el lateral Florenzi, que marcó en el 1-1 de la ida desde casi 50 metros, y el español Iago Falque. El partido del Olímpico de Roma no dejó buenas sensaciones al Barça, pues al margen del sorprendente gol sufrió la grave lesión de Rafinha por una dura entrada de Nainggolan. Rafinha, que no estará en condiciones de reaparecer hasta el final de temporada, firmó ayer la ampliación de su contrato hasta 2020, con una cláusula de rescisión de 75 millones de euros.