Alberto Parras ya es historia en el GCE Villaralbo. Su recambio en el banquillo desde hace unos días es Rubén de la Barrera, un joven y prometedor técnico de 25 años que ha desarrollado toda su carrera como entrenador en la cantera de diferentes equipo de A Coruña.

De la Barrera ha estado trabajando en la base del Ural, del Atlético Arteixo y del Montañeros. En este último club también estuvo de colaborador estrecho con el entrenador de la primera plantilla.

El nuevo técnico tiene muy claro lo que quiere: «Lo que voy a buscar cuando llegue al vestuario es crear un clima emocional saludable que repercuta en los jugadores para hacer un buen trabajo tanto en los entrenamientos como sobre todo en los partidos»

En cuanto a objetivos, De la Barrera no quiere precipitarse: «Lo primero que hay que ver es cómo y de qué manera conseguimos cerrar la plantilla. Una vez conocido eso, mi idea es no fijarse una meta u objetivo final, como podría ser entrar en una hipotética fase de ascenso, sino fijarse objetivos parciales para irlos cumpliendo poco a poco», continuaba explicando el nuevo adiestrador del GCE.

Además, para conseguir sus objetivos cree que la estructura y las instalaciones del GCE Villaralbo puede ser más que beneficioso: «He estado viendo en Villaralbo todas las instalaciones y creo que son fantásticas. Pocos equipos de esta categoría tienen unas instalaciones similares y eso dice mucho de las expectativas y las aspiraciones de este club. Me he llevado una grata sorpresa».

También añadía unas pinceladas de su forma de jugar: «Está claro que soy un entrenador al que le gusta un fútbol de toque y tratar de llegar a la portería rival a base de jugar bien al fútbol, pero hay muchos condicionantes que de momento no conocemos, como puede ser los jugadores que tendremos. De todas formas, esto es Tercera División y lo principal es mostrarse competitivo», finalizaba Rubén de la Barrera.