Ni la artística mirada de Julian Schnabel sobre Palestina en "Miral" ni la sinfonía emocional escrita por Haruki Murakami en "Tokio Blues" y comprimida para el cine por el vietnamita Anh Hung Tran convencieron hoy en la Mostra de Venecia.

Pese a las expectativas o probablemente a causa de ellas, ambas películas decepcionaron hoy en la competición oficial de Venecia.

En el caso del pintor y escultor estadounidense, su error resulta imperdonable en un artista de su dimensión: ha retratado Palestina con brocha gorda.

Y en el de la adaptación de "Tokio Blues" -"Norwegian Wood" en su título original-, era más previsible que el mundo de Murakami, en el que conviven de manera orgánica y discreta la vida, el sexo y la muerte, se diluyera en su traslación en imágenes, una ambición que le quedó grande al realizador de "El olor de la papaya verde".

Guerín presenta su documental

Por su parte, el cineasta español José Luis Guerín puso hoy fin con la presentación de su documental "Guest" a un viaje de un año como "invitado" del mundo, que comenzó precisamente en la Ciudad de los Canales.

Para Guerín, salida y meta de la aventura filmada y documentada que supone su "Guest" (invitado, en inglés) se sitúan en el mismo punto geográfico, una ciudad como Venecia a la acudió para promocionar, dentro de la sección paralela "Horizontes", esta obra de 133 minutos de duración que recoge impresiones de lugares tan dispares como Macao o Bogotá.

Y es que la cinta ilustra la particular vuelta al mundo que el cineasta español realizó desde agosto de 2007 hasta el mismo mes de 2008, con origen y final en el Festival de Venecia, gracias a las invitaciones que los distintos certámenes cinematográficos del mundo le hicieron durante todos esos meses.

Así, las gentes de Bogotá, Santiago de Chile, La Habana, Sao Paulo o Cali (Colombia), entre otras, se vuelven protagonistas de "Guest", en la que, con el recurso del blanco y negro, Guerín se pone detrás de la cámara para rodar una obra que intenta filmar la realidad de cada ciudad.