La Asociación de Cazadores Villa de Fermoselle ha decidido no abrir este año la temporada de caza menor "para no machacar las zonas que han quedado sin quemar porque la presión iba a ser demasiado grande" según expresa Roberto Ramos.

Es una decisión adoptada por los socios en una Asamblea y que obedece "al sentir general" de un colectivo que tomó conciencia de la realidad cuando, a finales de agosto y principios de septiembre, participó en las tareas de extinción de un fuego que afectó, en su estimación, a todo el término salvo unas 2.000 hectáreas.

"El fuego arrasó con todo, especialmente el conejo. La perdiz, al volar, pudo librarse, pero el conejo quedó en solo unas madrigueras de tierra" expresa Ramos, que afirma que desde entonces los cazadores están suministrado comida "a los cuatro que quedaron" para procurar su recuperación.

A través de la Plataforma Fermoselle "Atrévete" tratan de conseguir autorización de las administraciones para capturar ejemplares en las zonas de las autovías donde crían de forma prolífica y los agricultores reclaman un descaste o control de la especie para evitar daños a los cultivos, o en terrenos como Montelarreina, propiedad del Ministerio de Defensa, donde también tiene un buen santuario este animal.

La Asociación de Cazadores muestra sus críticas hacia la Junta de Castilla y León que no ha dado muestras de interés alguno sobre la situación que vive el sector cinegético de Fermoselle tras la calcinación de parte del territorio.

Critican el hecho de que aporten animales muertos a las especies rapaces, convirtiéndolas en carroñeras, y perjudicando su impronta salvaje, en lugar de potenciar que sean especies de caza.

Sin embargo, el colectivo de cazadores de Fermoselle podrá matar el gusanillo porque esta temporada cuentan con ocho batidas al jabalí, que son distribuidas para que la gente disfrute a lo largo del año, y tres días al zorzal.

Roberto Ramos señala que ganaderos y agricultores han trasmitido los importantes daños causados por los verracos en los cultivos y en los productos.

Del mal estado de los caminos dice bastante el hecho de que en la villa de Fermoselle existan en la actualidad "veinticinco" todoterrenos, buena parte "de segunda y tercera mano". Cazadores, agricultores, ganaderos y amantes del campo han tenido que recurrir a este tipo de vehículos para tratar de aventurarse por un término abandonado en lo tocante a accesos, con viales tomados por la vegetación y por los que hay que circular con coches capaces de aguantar muescas en su carrocería sin que los titulares pongan el grito en el cielo. Esta falta de adecuación de los caminos quedó puesta de manifiesto a la hora de intervenir en la extinción de los incendios del verano, que obligó a importantes dotaciones a permanecer a distancias considerables de donde las llamas lo llevaban todo por delante.

La Asociación de Cazadores Villa de Fermoselle también discrepa en cuanto a la cifra dada por la Junta de Castilla y León sobre la superficie quemada, asegurando que supera las 3.000 hectáreas mencionadas por el Servicio de Medio Ambiente. Hacen referencia al impacto dejado por el fuego a su paso por Fermoselle, Pinilla, Picote, algo de Fornillos y también en la vertiente salmantina.