Tras la muerte de Pura, la última de sus tres tías solteras, el zamorano Mariano José González Sampedro acudió junto al resto de sobrinos a la vivienda en la que vivía su pariente, situada en la Costanilla, justo detrás de la Casa de las Panaderas de la capital. Rebuscando entre libros y otros enseres, Mariano encontró tres manuscritos de una obra de teatro titulada "Los amores de Paquita".

Las rígidas tapas conservaban a duras penas su color bermejo pero los alambres del ajado lomo seguían amarrando las 92 páginas de la obra, escritas en formato folio de papel rayado. Para su sorpresa, el autor era su abuelo y tocayo Mariano González Saez, médico de Villalpando a finales del siglo XIX. Hasta entonces, ningún miembro de la familia era conocedor de la faceta dramatúrgica de su abuelo, natural de Muriel de Zapardiel, en Valladolid, y tío del beato Benito José Labre Mañoso González.

Al margen de lo curioso del hallazgo, el resto de sus siete hermanos no le dio mayor valor al descubrimiento a excepción de una de sus sobrinas, documentalista en Salamanca. Ambos recibieron la noticia con gran afecto e interés y así, a sus 76 años, Mariano comenzó a mecanografiar la obra. Una laboriosa tarea aún inconclusa debido a la compleja caligrafía -propia de un galeno-, los borrones de tinta y las correcciones, al parecer realizadas por el hijo del autor.

La comedia, escrita en verso y dividida en tres actos, está protagonizada por Paquita, una joven huérfana de 18 años pretendida por dos apuestos candidatos: Pepito, un joven pudiente procedente de Filipinas en un Ómnibus de la época, y Juan Zabala, un humilde mozo con quien, -atención spoiler- finalmente se compromete tras heredar este la opulenta herencia de su padre.

La obra coetánea, ambientada en Madrid, fue estrenada en el Teatro de Villalpando el 8 de septiembre de 1896 con Facundo haciéndose la toilette en la primera de las trece escenas que conformaban la función, cuyo reparto estaba integrado por Felipe Cifuentes (desempeñando las funciones de director de escena), José Labrador (encarnando a don Facundo), Florenciana Álvarez Garrido (en la piel de María la criada), Aurora Álvarez Fernández (dando vida a Paquita), Carmen Palencia (interpretando a Ricarda), César Núñez (actuando como Juan Zabala), Anastasio Álvarez (en el papel de Marcelo), Evaristo Conejo (como Simón) y Joaquín Cifuentes (haciendo de Pepito).

Pese al empeño de descubrir más información sobre la afición de su abuelo, Mariano no ha logrado encontrar a los descendientes de los actores en la localidad de Villalpando, pero se resiste a que "Los amores de Paquita" caigan en el olvido. Por ello, Mariano ya ha contactado con el historiador José Andrés Casquero, del Archivo Histórico Provincial, y próximamente hará lo propio con los responsables del futuro Museo del Ferrocarril. Y es que, junto a la obra de teatro, Mariano también encontró la esquela de una mujer de su abuelo (hasta entonces también desconocida en la familia) y un poema dedicado a su "querido primo" Marcelino, a quien reprochaba con ingenioso ripio haber realizado el viaje de su luna de miel en tren con su continuo traqueteo y vaivén.