La Alianza UPA-COAG de Zamora denunció ayer "nuevos ataques de lobos en el municipio de Fresnadillo de Sayago y Luelmo". Son dos pueblos castigados repetidamente por los cánidos en los últimos meses y, "tras quince días de paz", volvió el desastre y el agobio.

La organización agraria califica "como inasumible por mucho más tiempo la situación actual que sufren los ganaderos en esta zona de la provincia".

La Alianza manifiesta que "resulta desesperante la situación que sufren los ganaderos y cada vez es más insoportable la convivencia con los lobos puesto que sus ataques se han multiplicado provocando daños económicos cuantiosos a explotaciones familiares que no pueden aguantar más".

UPA-COAG reclama a la Delegación Territorial de la Junta en Zamora y a la propia Consejería de Medio Ambiente "que actúe excepcionalmente y autorice de forma inmediata controles poblaciones porque la situación es dramática para los afectados".

"No solo el pago de las indemnizaciones por todos los daños deben hacerse de forma ágil, sino que además la Administración regional, como gestora de la fauna, debe controlar esta especie tal y como prometió la Consejería de Medio Ambiente en situaciones excepcionales como la que está sufriendo actualmente esta zona de la provincia" señala la organización agraria.

El ganadero Eduardo Herrero, de Fresnadillo, que lleva ya la friolera de 34 ovejas muertas, contabilizó en este último ataque cinco muertas -una comida a medias- y tres mordidas. Los forestales apuntaron al lobo como autor de la matanza". El núcleo duro del predador está aquí, y alguna vez pasa a Gáneme" señala Herrero. "Están detrás del lobo pero es más listo. Tiene mucho campo para moverse". Las lobadas fueron a pleno día. En Luelmo el resultado fue cinco ovejas muertas y alguna otra mordida. "Si quieren ganadería extensiva tienen que quitar el lobo porque es incompatible totalmente y no se puede andar con tapujos". "O nos quitan el lobo o nos vamos, y cuando vengan los fuegos que los apaguen ellos" expresaba ayer un tanto indignado Eduardo Herrero.

Pili de Pedro sufrió la muerte de cuatro ovejas, una desaparecida y dos mordidas, pero todavía tiene que contabilizar el ganado. "Es terrible. Es la gota que colma el vaso. La realidad supera bastante a ficción y como la cosa no cambie es desesperante. He mandado una carta a Juan Vicente Herrera y el siguiente salto será al presidente del gobierno y al rey. Están destrozando el ganado. He llorado mucho porque lo pasamos fatal. Que quiten al lobo de aquí o que los maten. Sayago no es tierra de lobos. Los pueblos están agonizando. Salimos al campo cuatro ganaderos a comer el pasto. Son pérdidas que no se imaginan. Es un sinvivir. Me va a pasar como a Rita Barberá porque no duermes. Me levanté a las 5.30 horas y he comido a las 16.30 horas. Las ovejas del monte supernerviosas se espantan hasta de los perros" expresa Pilar de Pedro un tanto alterada. Dice no contar con mastines y tiene la decisión de hacerse con alguno. Asegura que "tuvimos uno que solo le faltaba hablar" .