Miles de aves llegadas de países más gélidos de Europa muestran su brío y su plumaje estas fechas en la Reserva de las Lagunas de Villafáfila ofreciendo un espectáculo ornitológico digno de observarse. El cambio climático se apunta como la razón de que las concentraciones de aves no alcancen en este enclave lagunar y cerealístico los niveles de hace unos lustros, con cifras que superaban las 35.000. Pero la concurrencia sigue siendo de asombrosa y un fenómeno natural que merece su conservación y aprovechamiento como recurso turístico, socioeconómico e incluso deportivo. Las congregaciones de pájaros puede tropezarlas el turista tanto en las lagunas como en las fincas elegidas para el pasto, y no lejos de ellas un importante número de aves rapaces al acecho y dispuestas a sacar tajada.

El delegado territorial de la Junta, Alberto Castro, acompañado por el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente, Casto López, y el director del Parque, Mariano Rodríguez, visitaron ayer la casa del parque de la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila que alberga en estos momentos un contingente de aves cifrado en más de 10.000 animales, de variadas especies, no todas migratorias.

Castro hizo una invitación a la sociedad para que conozca este paraíso ornitológico y resaltó "la presencia en la zona de especies singulares como un ánsar careto chico, ave que visita nuestro país de forma muy puntual, y una barnacla cariblanca, especie poco frecuente en estas latitudes".

Destacó el delegado que "la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila y alrededores constituye un espectáculo natural único que se puede apreciar estos días y que durará hasta febrero", y animó "a los amantes de la naturaleza a visitar este espacio natural para contemplar la gran concentración de ánsares", así como "los pueblos de la zona donde podrán apreciar su rica gastronomía, así como su destacado patrimonio monumental".

Las escasas lluvias de este otoño todavía mantienen algunas lagunas de la Reserva con menos agua de la deseada, sin embargo, Castro señala que esta circunstancia "no supone que se haya producido una disminución en el número de animales, que es similar al existente en los últimos años".

Igualmente hizo mención el delegado Territorial "a las 1.000 grullas que invernan en la Reserva y a los 4.000 ánsares censados a mediados de noviembre, cuando todavía la llegada de aves invernantes estaba comenzando". El tamaño de las especies y el hecho de juntarse en grandes y ruidosos grupos llenan de espectáculo los escenarios de La Reserva. "El momento de máximo esplendor este espacio natural único y de extraordinario valor a nivel mundial se produce entre diciembre y febrero" precisa la Junta, que añade que "las Lagunas de Villafáfila son un lugar estratégico de las rutas migratorias de cientos de especies avícolas que migran desde toda Europa hasta Doñana, Norte de África y las grandes zonas costeras de Mauritania, lo que provoca las grandes concentraciones de aves invernantes que se producen en estas fechas".

La especie más abundante es la pata grande o ánsar común, que puede ofrecer una población "de entre 10.000 y 20.000 aves". También aparecen unas 1.000 grullas, "tan ruidosas y llamativas como los ánsares, pero que suelen abandonar la Reserva a finales de diciembre camino de Extremadura".

Otro número importante de aves, que pueden sumar unas 10.000 en total, lo conforman el ánade real (azulón), pato cuchara, cerceta común, ánade silbón, focha, tarro blanco, avefrías, porrón común, porrón moñudo, gaviotas y ánade friso. También, aunque en menor número, garceta, zampullín, correlimos común, archibebe común, aguja colinegra, avoceta y garza real". La Junta señala como "los mejores lugares para su observación los tres observatorios construidos Revellinos, Villafáfila y Villarrín, destacando especialmente el situado en la localidad de Otero de Sariegos". En cuanto a los mejores momentos para ver la concentración de fauna en las lagunas se mencionan "el mediodía y el atardecer, ya que en dichos momentos generalmente se produce la entrada de miles de ánsares a las lagunas para sestear y dormir".

Alberto Castro hizo una especial referencia a la especie reina y más emblemática de la Reserva: la avutarda, "que mantiene aquí la mayor población del mundo". Aún "enriquece" más el espectáculo del espacio protegido el hecho de que "en las zonas abiertas de Tierra de Campos se concentren cerca de 80.000 pajarillos invernantes (principalmente alondras) y una amplia gama de rapaces, que tienen aquí su hábitat de nidificación y campeo".

La Casa del Parque está dotada con modernos medios para la interpretación, y está rodeada de un parque de fauna de 23 hectáreas en el que se puede observar fauna acuática en tres lagunas y una zona de aves estepáricas, donde se encuentran 9 avutardas y un alcaraván, fácilmente observables por el público. En este centro todos los meses se realizan diversas actividades culturales y educativas como oferta complementaria a sus servicios habituales de información y educación ambiental, con el objetivo de contribuir también a la dinamización socioeconómica de estas zonas.