Si en 1966 Villalpando celebraba el quinto centenario del llamado Voto Villa con el nuncio papal y varias autoridades gubernamentales, ayer los protagonistas del 550. º aniversario del célebre acontecimiento eran los propios feligreses de los 13 pueblos inmaculistas de Tierra de Campos, congregados en la iglesia de San Nicolás, el lugar donde en 1466 sus antepasados juraron defender "por siempre jamás" que la Virgen María nació libre de pecado original, a diferencia del resto de la humanidad. En estos pueblos vivían los primeros cristianos en adoptar esa creencia que solo siglos más tarde se convertiría en dogma para la Iglesia. Este hecho marca la idiosincrasia de varias generaciones de terracampinos, y aún cinco siglos después se puede constatar, entre otras formas, solo con ver lo repleto que estaba el templo ayer, en los bancos no cabía un alfiler y la gente se amontonaba también en los laterales.

Cientos de devotos de todas las edades ensalzaban iban pasando por el altar y ensalzaban a María Inmaculada con poemas y canciones, se rendían a los pies de la madre de Dios, honraban a los ancestros que juraron defender esa creencia que todavía hoy se sostiene con firmeza y elogiaban a su tierra. En total más de veinte poemas y una docena de canciones sonaron entre las paredes de San Nicolás, salidas de las fervorosas gargantas que iban alzando su voz, en grupo o como solistas, mientras el público escuchaba con agrado y con fe en la Virgen y en su Nazareno, su Cristo Resucitado, su Dolorosa y el resto de imágenes que recorren las calles de la villa en los días de Pasión y que hoy descansan en San Nicolás.

Asistieron los párrocos de los 13 pueblos que mantienen su voto: Cañizo, Cerecinos de Campos, Cotanes del Monte, Prado, Quintanilla del Monte, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Tapioles, Villalpando, Villamayor de Campos, Villanueva del Campo, Villar de Fallaves y Villárdiga, además de sus autoridades municipales. El acto lo presidía, desde el altar y desde el cielo, María Auxiliadora, que también pudo contemplar los tres cuadros que tres pintores aficionados presentaron en su honor al comienzo de la velada literaria-musical: uno de María, uno de la iglesia de Cañizo, y una imagen abstracta.