Alcañices rindió ayer un emotivo homenaje a uno de losmilitares clave en la Guerra de la Independencia en Aliste, en la lucha contra los ejércitos de Napoleón.

Uno de sus descendientes, Sergio Rodríguez López-Ros -doctor en Filosofía y director del Instituto Cervantes en Roma- fue el encargado de disertar sobre la vida y la obra de "El teniente Pablo Muñoz: Otro héroe anónimo". Tras desvelarse y conocerse los avatares y los aconteceres de su vida, humana y militar, el alcalde de Alcañices, Jesús Lorenzo Más, descubrió, junto a otras autoridades y familiares, una placa en el lugar donde falleció el teniente hace ya 168 años.

Pablo Muñoz de la Morena y Martínez-Zarco, teniente de los Dragones de Lusitania, nació en El Toboso (Toledo) en el año 1769 en el seno de una familia de la baja nobleza manchega, hijo del matrimonio formado por Juan Muñoz y María Martínez.

El prestigioso militar conoció Aliste allá por el año 1813 cuando pasó por tierras alistanas persiguiendo a una partida de dragones franceses comandados por el mariscal Kellermann durante la Guerra de la Independencia. Quedó prendado de Alcañices y en la villa se instalaba uno de sus hijos en 1834, creando una ganadería y construyendo su casa familiar sobre el solar que quedó libre en 1845 al demolerse el histórico hospital de San Nicolás de Bari, puesto en marcha en el siglo XVI por los primeros marqueses de Alcañices. En 1848 Pablo Muñoz acudió a Alcañices a pasar una temporada con su hijo menor. Allí contrajo una fiebre gástrica que fue el origen de su fallecimiento, recibiendo sepultura en el panteón familiar del cementerio alcañizano donde reposan sus restos.

La familia de los Muñoz se dedicaron en cuerpo y alma a la ganadería y, según se dice, en 1858 fueron ellos quienes lideraron la petición de los alistanos ante el Gobierno de la reina Isabel II reclamando una mayor protección para los ganados que se aprovechaban de los pastos cercanos a Tras Os Montes en Portugal. En el año 1900 fueron segundos en el Concurso Nacional de Ganaderías de la Asociación General de Ganaderos del Reino, que había tomado el relevo a la Mesta de Castilla. Una rama de la familia se instalo en Brasil y entre sus hijos pródigos, Antonio Muñoz Leite, fue alcalde de Alfenas entre 1993 y 1996.

Uno de sus descendientes más conocidos fue el histórico sacerdote don Ramón Rodríguez Muñoz, que durante 50 años desarrolló su labor ministeriañ en la parroquial de San Pelayo Mártir de Trabazos, de donde fue nombrado hijo adoptivo.

Tras el trágico incendio del santuario de Nuestra Señora la Virgen de la Salud, patrona de Aliste, la noche del 16 de agosto de 1916 los Muñoz contribuyeron a la restauración del retablo franciscano, sufragando los costes en 1917 de la nueva imagen de San Antonio de Padua.