Con seis grandes incendios forestales (GIF), Zamora es la segunda provincia de España que registró mayor número de catástrofes de esta naturaleza entre los años 2012 y 2014. Solo se sitúa por delante Guadalajara, donde tuvieron lugar siete grandes incendios (uno más que Zamora), lo cual no resta gravedad a la negra estadística recogida en un informe elaborado por Ecologistas en Acción.

Técnicamente se consideran grandes incendios forestales aquellos que superan las 500 hectáreas de superficie de afección. Por su magnitud suelen generar gran alarma social, justificada en el grave daño medioambiental que producen, así como por poner en serio riesgo tanto vidas humanas como bienes materiales.

Además de Guadalajara y Zamora, se suman al ranking nacional las provincias de León, con cinco grandes incendios forestales en el periodo de tres años, Valencia con cuatro, y Orense y La Coruña, con tres casos cada una.

Pese a que el estudio abarca tres años, en la provincia de Zamora los seis grandes incendios se concentraron en solo dos: 2012 y 2013. El periodo más negro fue 2012, con cuatro grandes incendios. Curiosamente dos de ellos ocurrieron en pleno invierno y ambos en la Alta Sanabria: el 8 de enero en Pías, arrasando una superficie de 1.115 hectáreas; y el 28 de febrero en Hermisende, que se llevó por delante 2.329 hectáreas. Los otros dos se registraron en el mes de agosto: el día 18 en Cubo de Benavente (650 hectáreas quemadas) y el 22 un incendio que se inició en Pedralba de la Pradería arrasó 2.571 hectáreas.

Según los datos del informe de Ecologistas en Acción, en el año 2013 los grandes incendios se situaron Alcañices -el 31 de julio, que se saldó con 1.200 hectáreas quemadas-; y el 22 de agosto el fuego que comenzó en Portugal y saltó hacia Villardiegua de la Ribera (en plenos arribes) se extendió a lo largo y ancho de dos mil hectáreas. En Zamora no se ha llegado a las inmensidades del incendio en la provincia de Valencia, en junio de 2012, que superó las 27.000 hectáreas. Por fortuna una excepción, aunque Valencia también tuvo que sufrir otro de casi veinte mil hectáreas por las mismas fechas.

En Castilla y León, además de los grandes fuegos en Zamora se cita como especialmente grave el declarado en Castrocontrigo en agosto de 2012 y que calcinó 11.500 hectáreas.

El estudio elaborado por Ecologistas en Acción detalla las zonas donde son más habituales estas enormes catástrofes forestales, destacando cuatro, tres peninsulares y una insular: El noroeste peninsular, estos es Galicia, Asturias y las provincias de Zamora y León en Castilla y León, que agrupa 20 de los 60 casos estudiados. El eje centro peninsular entorno al Sistema Central y el Alto Tajo (Madrid, sur de Castilla y León y norte de Castilla-La Mancha y Extremadura), con 16 GIF en total. El Levante desde Málaga hasta Girona, con 14 GIF. Y, por último, las Islas Canarias, donde a pesar de su escasa superficie se han dado 4 GIF entre 2012 y 2014.

Fuera de estas zonas se han producido grandes incendios forestales en casos puntuales en Navarra, Aragón y Burgos. Y hay áreas de la península donde apenas se dan, como los espacios forestales existentes entre el Tajo y el Guadalquivir (Sierra Morena y Montes de Toledo) o de una buena parte del Pirineo y la Cordillera Cantábrica, sobre todo en su sector centro oriental.

A partir de los 60 grandes incendios forestales estudiados, Ecologistas en Acción establece unas conclusiones sobre el tipo de monte o masa forestal más susceptible de sufrir este tipo de catástrofes. Y se sitúa entre las especies dominantes los pinos, "sin duda los más vulnerables a los grandes incendios", seguidos de distintas especies de matorral. En el monte bajo "suelen generarse incendios por la acción humana través de la ganadería, el uso del fuego o la combinación de ambos".

Los montes que resultan ser menos afectados por los grandes incendios forestales son, según detalla Ecologistas en Acción, "aquellos que disponen de verdaderos bosques naturales bien conservados, principalmente los poblados por especies de quercíneas (encinas, robles o alcornoques)".

Un diagnóstico trasladable a la distribución geográfica de los grandes incendios forestales donde las zonas más afectadas "son reflejo de los tipos de vegetación más sensibles a los grandes fuegos y donde la actividad y la gestión que se lleva a cabo en los montes tienen una notable incidencia".

El informe cita expresamente el noroeste de España (donde se enclava Zamora), con espacios forestales "muy intervenidos", con "notable" presencia de monte bajo, "derivado precisamente de la reincidencia en los fuegos asociado a la ganadería y a la limpia de los montes, o de monocultivos forestales que tradicionalmente no han sido bien acogidos socialmente".

Unas características que hacen sensible esta zona a la incidencia de los fuegos.

El informe hecho público por Ecologistas en Acción incide en los efectos beneficios de la buena conservación de los bosques como "sinónimo de freno a los grandes incendios forestales". Y sobre estas ideas de partida, precisa, "se debería encauzar la gestión de nuestras masas forestales para hacerlas menos vulnerables".