Una amplia galería de retratos infantiles de distintos tamaños, en color o blanco y negro, da cuenta de la familia numerosa que acompaña al matrimonio formado por Río Casado y Vidal Arconada desde hace 8 años, cuando decidieron participar en el Programa de Acogimiento Familiar que promueve la Consejería de Familia en colaboración con la Cruz Roja. La pareja, tras intentar tener hijos biológicos sin conseguirlo, barajó ofrecerse como núcleo familiar para los menores tutelados por la Junta de Castilla y León, que por desamparo o diferentes negligencias físicas de sus progenitores, bien sean con problemas de delincuencia o toxicomanía, entre otras, necesitan estar separados de su familia.

Castilla y León fue la primera autonomía que consiguió una regulación propia en acogimientos familiares. No hay un perfil establecido para la acogida, pueden colaborar familias con hijos, monoparentales, parejas de hecho y homosexuales. "En Zamora funciona muy bien la acogida y Cruz Roja nos da apoyo, información y se implica a fondo, primero con la preparación previa que recibimos a modo de formación y luego con la atención y el seguimiento del desarrollo del programa" aseguran con satisfacción Río y Vidal. que han hecho de esta labor asistencia, una profesión implicándose a fondo, en la labor social que lleva aparejado el programa de acogida para críos en riesgo de desamparo.

Con la acogida se intenta conservar el vinculo de origen, de hecho los hijos acuden al punto de encuentro una vez a la semana, cada quince día o una vez al mes con la finalidad de que mantengan relación afectiva y social con los progenitores biológicos hasta su rehabilitación definitiva.

A veces se consigue pero otras no, con lo cual el programa contempla la reunificación familiar o bien la renuncia a la tutela de los hijos lo que da paso directamente a la adopción que según la ley ha de ser ratificada en siete semanas antes de iniciar la búsqueda de familia de adopción, y en ningún caso, pueden solicitar las familias de acogida. Actualmente hay 37 niños de cero a 18 años acogidos en 21 familias zamoranas, de los cuales, cuatro de ellos son mayores de 18 años.

Morales del Vino destaca de manera especial por el acogimiento temporal; "es un pueblo que está cerca de Zamora y tiene muchos servicios, como ludoteca, guardería o piscina climatizada", explica Susana Illán, trabajadora social de Cruz Roja y coordinadora del programa en esta ONG.

En el caso de la pareja formada por Vidal, prejubilado, y Río tenían claro desde el primer momento sus preferencias por acoger bebes y críos que no superaran los tres años, una edad que requiere esfuerzo físico. "Prepara desayuno, biberones, cambio de pañales, juego, comidas a la hora, paseo, baño, estimulación "y esfuerzo psíquico y emocional", hay que intentar que sean felices no vale con darles de comer, la risa es tan importante como la alimentación".

Hasta su hogar han llegado también niños con 4 y 8 años de edad y lacras conductuales y afectivas muy importantes ante las que se han visto desbordados "vienen de situaciones tremendas con roles y conductas aprendidas que son muy difíciles de modificar". En total son trece los "hijos" que a día de hoy gozan de su espacio en la pared central del salón de esta casa en el que se exhiben las fotos de la prole.

Por el camino quedaron momentos de temor y angustia ante estados de salud quebradizos, ingresos en centros sanitarios, noches sin dormir, problemas en la guardería, en la escuela, vacunas. Un sinfín de aciertos y quehaceres propios de la infancia y pubertad con los que se han curtido en experiencia y afecto. "Lo peor es cuando te implicas tanto y te avisan de que hay una familia de adopción esperando. No existen lazos de sangre pero emocionalmente se rompe el vínculo que has establecido y llega la separación".

Con el paso del tiempo han ido entendiendo que con la despedida queda la satisfacción de que "has aportado tu granito de arena y has entregado cariño, educación y alegría a unos críos que no han podido tener un entorno biológico adecuado a su desarrollo personal y psicológico" .

La Junta de Castilla y León se encarga de cubrir las necesidades del menor con un aportación mensual que da para pañales, alimentación y ropa. Una manutención que en ocasiones "cubre los gastos pero no siempre llega para sacarlos adelante"